Si una entidad ofrece un depósito al 5,25%, pero en el interbancario consigue dinero al 4,30%, pierde casi un punto de rentabilidad. Para evitarlo, bancos y cajas ponen en circulación de forma paralela depósitos estructurados. Con ellos se garantiza el capital del cliente y se le ofrece una remuneración complementaria en función de un subyacente --valores o índices bursátiles-- que acompaña al depósito. Pero la entidad también gana: entre un punto y un punto y medio, que compensa la pérdida del depósito principal.