El índice de desempleo en EEUU cayó dos décimas en junio hasta situarse en el 9,5%, la cifra más baja en casi un año, según ha informado hoy el Departamenteo de Trabajo estadounidense. Sin embargo, este descenso se ha atribuido, no a la creación de nuevos empleos, sino a que 652.000 personas en paro han abandonado la búsqueda de trabajo. Además, el mes pasado la mayor economía del mundo tuvo una pérdida neta de 125.000 empleos. En el sector privado se generaron 83.000 nuevos puestos de trabajo.

El presidente estadounidense, Barack Obama, ha afirmado, tras conocerse los nuevos datos sobre el empleo, que la economía estadounidense se encamina "en la buena dirección" aunque ha admitido que "no lo suficientemente rápido". "A cada persona que busca empleo le prometo que seguiremos haciendo todo lo posible", ha señalado el presidente. "Haré todo lo que esté en mi poder para ayudar a que la economía cree empleos y oportunidades para todos", ha añadido.

SIN MEJORÍA

En Estados Unidos las personas que no tienen trabajo y abandonan la búsqueda de empleo desaparecen de la estadística de los desempleados, es decir, no son tenidos en cuenta al calcular la tasa de paro. En junio, según los datos de Trabajo, había 14,6 millones de personas buscando empleo, 652.000 menos que un mes antes. El drástico descenso en la cifra de personas que buscan empleo es un indicio de que la situación económica no está mejorando, aunque el PIB ha registrado crecimientos desde la segunda mitad del 2009, después de cuatro trimestres consecutivos de contracción.

Si se tiene en cuenta a quienes han abandonado la búsqueda de empleo y a quienes trabajan a tiempo parcial pero quisieran tener un empleo a tiempo completo, la llamada tasa de subempleo bajó en junio una décima hasta situarse en el 16,5% de la fuerza laboral.

La pérdida neta de puestos de trabajo refleja también la finalización de los empleos temporales de unas 225.000 personas que fueron contratadas por el Gobierno para la realización del censo de 2010.

Desde que comenzó la recesión en diciembre del 2007, Estados Unidos ha perdido unos 8,4 millones de puestos de trabajo, y los economistas calculan que se necesitaría crear unos 280.000 empleos mensuales durante dos años y medio para retornar al mercado laboral previo a la recesión.