Las incertidumbres en el sector financiero en EEUU acabaron por arrastrar a los mercados europeos a mínimos anuales. El Ibex 35 se desplomó el 3,03%, hasta los 11.383 puntos, en una jornada marcada por la volatilidad. De hecho, la semana se ha caracterizado por la inestabilidad en todos los mercados mundiales. A lo que ha contribuido enormemente el desplome de las hipotecarias estadounidenses Fannie Mae y Freddie Mac. Tampoco ayudó la presión del crudo: el Brent pulverizó un máximo al colocarse por encima de los 147 dólares por las tensiones geopolíticas en Nigeria e Irán. El euro se cambió a 1,589 dólares.

Entre las referencias macroeconómicas, el índice de confianza de la Universidad de Michigan fue mejor de lo previsto, al situarse en los 56,6 puntos. También se redujo el déficit comercial estadounidense inesperadamente en mayo, hasta los 59.800 millones de dólares. A este lado del Atlántico, se conocieron los precios al por mayor de junio, que subieron hasta el 8,9% interanual, en línea con las previsiones. En España, el IPC revisado alcanzó el 5% el mes pasado.

El tono negativo ganó intensidad poco antes del cierre de mercados en Europa. El FTSE de Londres bajó el 2,7%; el CAC de París, el 3% y el DAX alemán, el 2,4%. El Ibex 35 acumuló un descenso semanal del 3,2%. Todos los valores cerraron en negativo. El Banco Popular perdió más del 8% y Bankinter, el 6,2%. También a la baja se situaron las constructoras. Ferrovial cedió más del 7% y Sacyr, el 6,19%. Las menores pérdidas fueron para el Banco Sabadell (-1,41%). La entidad anunció la venta del 50% de su división de seguros y pensiones a Zurich Financial.

Entre los pesos pesados del selectivo, el BBVA e Iberdrola cedieron más del 3%; el Santander, el 2,4%; Telefónica, el 2,12% y Repsol, el 1,57%. Fuera de este índice, Martinsa-Fadesa restó el 33% debido a sus dificultades para encontrar financiación. La mejor del mercado fue Puleva Biotech, que repuntó el 7,33%.