La economía estadounidense sigue destruyendo empleo, aunque a menor ritmo de lo que esperaban los analistas. Otras 54.000 personas pasaron a engrosar las listas del paro en agosto, dejando la tasa de desempleo en el 9,6%, una décima más que en julio. Los inversores respiraron aliviados e hicieron una lectura positiva de los datos, que provocaron alzas en Wall Street.

El sector público de la primera potencia del mundo dejó sin trabajo en agosto a 114.000 personas, sobre todo por el fin de la contratación temporal para la elaboración del censo. Pero la noticia positiva de la jornada fue que las empresas privadas incluyeron en nómina a otras 67.000 personas, bastantes más de lo que esperaban los expertos.

El presidente de EEUU, Barack Obama, destacó que por octavo mes consecutivo el sector privado creó trabajo y celebró que se revisara a la baja la destrucción de empleo en julio. "Son noticias positivas producto de los pasos que estamos dando para poner fin a la recesión, pero no es suficiente", reconoció el presidente, quien reiteró su petición al Congreso para que desbloquee un paquete de ayudas a las pymes.

Tras considerar que su Gobierno está "en la dirección correcta" y asegurar que vendrán "días mejores", afirmó que en breve anunciará nuevas medidas para fomentar la creación de más puestos de trabajo e impulsar el crecimiento, desde extender las rebajas fiscales a las clases medias aprobadas por el Gobierno anterior hasta invertir en sectores de la economía con mayor potencial para crear empleo.

Por su parte, la presidenta del consejo de asesores Económicos de la Casa Blanca afirmó que los últimos datos del Departamento de Comercio son "tranquilizadores", aunque sigue siendo "inaceptable" que la tasa de paro haya subido una décima. "Por eso vamos a seguir trabajando con el Congreso en nuevas medidas" para impulsar el mercado laboral, añadió Christina Romer, que ayer abandonó su cargo.