Houdini quizá hubiera apreciado la idea, pero indudablemente habría suspendido la ejecución. Marcus Schrenker, el asesor financiero de 38 años de Indiana que, según todos los indicios, trató de fingir su muerte este fin de semana en un accidente de aviación, fue arrestado el martes por la noche por agentes federales en un campamento de Quincy, en Florida. Se estrellaba así definitivamente el intento de fuga que organizó ante el descalabro de su vida sentimental y profesional, un plan que, aunque llegó a despegar, solo levantó el vuelo durante 48 horas.

En el momento de su arresto, Schrenker tenía un profundo corte en la muñeca izquierda. Era, según las autoridades, una herida "muy grave" y el sospechoso sangraba profusamente, por lo que tuvo que ser tratado, primero en el lugar de la detención y luego en un hospital, donde ayer seguía ingresado. Su vida, pese a ese aparente intento de suicidio, no corre peligro. Y en cuanto salga del centro médico, tendrá que enfrentarse a un pliego de cargos en su contra que no deja de crecer.

Sus tres empresas de inversiones ya estaban siendo investigadas por la Secretaría de Estado de Indiana por supuestas violaciones de la ley y fraudes. Un tribunal de Maryland había ordenado a una de esas compañías un pago de más de medio millón de dólares. Su mujer le había presentado una demanda de divorcio acusándole de mantener una aventura extramatrimonial. Y ahora, Schrenker ha sumado acusaciones por el abandono en el aire de su avioneta, con la que salió el domingo de un aeropuerto de Indiana rumbo a Florida y que acabó estrellada en una zona pantanosa de Alabama, cerca de unas casas.

Schrenker, un consumado piloto, había lanzado desde esa avioneta una llamada de emergencia, pero abandonó la nave en un salto con paracaídas y dejó el piloto automático. La nave voló vacía más de 200 kilómetros antes de estrellarse.