El Tesoro paga el coste de la falta de confianza de los mercados en la economía española. La demora en acometer las reformas estructurales pendientes se ha traducido en un castigo desmesurado a la deuda pública. El diferencial del bono español a 10 años con el alemán --con el que se mide el riesgo de impago de la deuda-- alcanzó ayer los 192 puntos básicos. La rentabilidad del bono español se sitúo en el 4,58%, y el germano bajó hasta el 2,66%. Se trata de niveles sin precedentes para la renta fija.

El único aspecto positivo de la situación fue que el dinero que abandona la renta fija se refugió en la renta variable, lo que permitió que el principal índice de la bolsa española, el Ibex 35, se moviera durante la mayor parte del jornada con ganancias de alrededor del 2%, hasta el cierre, cuando los inversores decidieron tomar beneficios. Al final, el indicador cedió el 0,1%, frente a las alzas del resto de mercados europeos, que superaron el 1%.

Desde que la crisis posó el ojo del huracán sobre la economía española, el diferencial de la deuda española con la alemana ha llegado a superar el punto porcentual. Explicado así, el impacto parece menor, pero lo cierto es que el coste para las arcas del Estado no es pequeño. El saldo neto de la deuda española (que equivale al 65% del producto interior bruto) será a finales del 2010 de 553.000 millones de euros. Cada punto porcentual de más que el Estado debe pagar a los poseedores de bonos supondría unos 5.000 millones de euros. "Esa cifra ya es igual al ahorro que espera conseguir el Gobierno este año 5.000 millones con el plan de ajuste anunciado", explica Manuel Montesinos, director de inversiones de Riva y García.

REFINANCIACION MAS CARA En todo caso, ese coste no es lineal, puesto que los 461.996 millones de saldo vivo de la deuda no vencen de golpe ni deben ser refinanciados a la vez. En julio vencen 25.000 millones. Su refinanciación será más cara en función de los plazos. Eso sí, las emisiones previstas para el 2010, unos 97.000 millones, podrían tener un sobrecoste de casi 1.000 millones para el Tesoro, si se colocaran con el interés de ayer en lugar del de principio de año.

La deuda española ha visto reducida su solvencia seis escalones. "Eso está muy alejado de la realidad", comenta Montesinos. Pero la realidad es que los inversores prefieren comprar deuda alemana aunque su rentabilidad sea baja, mucho más que la española. La crisis de la deuda que azota a las economías del extrarradio de la zona euro ha convertido a la renta fija alemana en un refugio. Hace un año, el diferencial con el español estaba en 60 puntos. Desde entonces no ha parado de ensancharse.