Es una cuestión de confianza, de poca confianza de los mercados en la economía española, lo que ha hecho que desde principios de año la deuda pública española haya dejado de ser atractiva. El grupo de países que la prensa británica ha bautizado como Pigs (Portugal, Irlanda, Grecia y España) --un acrónimo que también se puede traducir como cerdos -- experimentan una evolución similar con su deuda pública. Los inversores en renta fija pública prefieren concentrar sus fondos en los bonos a largo plazo de Alemania y Francia.

El precio del bono español a 10 años ha caído el 3,63% desde principios de año; su rentabilidad era ayer del 4,042%, el nivel más alto desde el 27 de julio del 2009. El 1 de diciembre, el rendimiento era del 3,73%. El bono alemán, por el contrario, disminuyó su rentabilidad desde el 3,27 al 3,25%, lo que significa un aumento en su precio debido a la mayor demanda de este papel. Los expertos consideran que los estados afectados tendrán que emitir más bonos para financiar el pago de la deuda actual.