Gerardo Díaz Ferrán sigue como presidente de la CEOE. Así se lo comunicó a la junta directiva de la gran patronal española. No dimite, no se va. La insolvencia de la aerolínea de la que es propietario (Air Comet), las manifestaciones de ayer de los trabajadores de su empresa ante la sede de la organización empresarial, las opiniones partidarias de que se marche de más de la mitad de sus 21 vicepresidentes y el clamor de la prensa, algunos políticos y la posibilidad de que la situación de su grupo empresarial empeore no son razones suficientes para arrojar la toalla. "Seguiré de presidente de la CEOE salvo que alguien tenga algo que decir", lanzó como un reto implícito a los empresarios y funcionarios de la junta de la confederación.

Y, como es tradición en esa organización privada que representa al conjunto del empresariado español, nadie dijo nada y se trató el siguiente punto en el orden del día de la reunión.

SENSACION DE DEBILIDAD La respuesta patronal de Díaz Ferrán a sus problemas particulares ha tenido formato de tragicomedia en dos actos. El primero, el martes por la noche, cuando reunió a cenar a los vicepresidentes. En ese encuentro, que le permitió sopesar las bazas con las que contaba, hubo quien le pidió tímidamente que reflexionara sobre la conveniencia de que la cara pública del empresariado español fuera alguien que acaba de pilotar una compañía al ocaso. Su respuesta y la de sus partidarios fue que también era un síntoma de debilidad el dimitir bajo presión pública y cuando lo deseaban algunos medios gubernamentales y de comunicación.

Así las cosas, los asistentes a la cena, incluso los partidarios de que abandonara, optaron por resignarse y acatar su decisión. Los más próximos al presidente, como su socio en Air Comet y otros negocios turísticos y de transporte, Gonzalo Pascual, también se lamentaban, pero de otra forma: "Esta presidencia nos está costando muchísimo dinero".

El segundo acto de la tragicomedia comenzó ayer a mediodía en la sede madrileña de la CEOE. La reunión de la junta directiva, compuesta por más de un centenar de personas, escuchó de boca del presidente un relato de los problemas de su empresa y la comunicación de su permanencia.

RESPONSABILIDADES Mientras, en la calle Diego de León, ante el edificio patronal y a la misma hora, medio centenar de parados de Air Comet le exigían responsabilidades. Justo en el mismo momento que el portavoz de Díaz Ferrán explicaba a los medios que el presidente había cosechado una ovación cerrada al comunicar su continuidad. La junta habló de diálogo social, de Haití, de macroeconomía, de la ley de economía sostenible, pero no de su presidente.