Este es el último año en el que la rentabilidad financiero-fiscal prevalece en función de plazos e ingresos en el ahorro o rendimientos del capital mobiliario. Dejando de lado la previsión y los complementos a la pensión pública, los fondos de inversión y la venta de acciones serán hasta el 31 de diciembre próximo la estrella para inversiones a menos de un año, al tributar siempre al 15%.

Sin embargo, cuando se superan los dos años y no se llega a los cinco, cobran protagonismo los depósitos --que en el 2006 todavía se beneficiarán de una reducción del 40% en el rendimiento-- y también los seguros de vida --con la misma ventaja-- para las rentas con un tipo marginal de hasta el 24%.

Para los contribuyentes con ingresos superiores a los 14.076 euros anuales, los fondos de inversión y las transmisiones de acciones seguirán siendo imbatibles.