Los pensionistas quieren salud, dinero y amor, como en la canción. Pero, sobre todo, dinero. La principal preocupación de los jubilados españoles es la pensión (en el 60% de los casos), y sólo después la soledad y el aburrimiento (46%) y la salud (39%), según una encuesta realizada por VidaCaixa, aseguradora de La Caixa. La razón de ese interés por el bolsillo es sencilla: cuatro de cada 10 jubilados dicen no llegar a fin de mes con la pensión, según el estudio presentado ayer por Mario Berenguer, primer ejecutivo de VidaCaixa.

Berenguer sostiene que las consecuencias físicas del envejecimiento son más esperadas. "En cambio --asegura-- para la mayoría de los encuestados lo más duro de la vejez es la posibilidad de verse sin recursos económicos para afrontar el coste de las residencias, la asistencia social y los problemas de salud". Y los jubilados no son optimistas. Más de la mitad de los 1.400 encuestados cree que con su nivel de ingresos tendrá dificultades en el futuro.

El dinero tiene una función tranquilizante. "La seguridad que se busca tiene mucho que ver con la necesidad de no depender de los demás", afirma en el informe Jesús Contreras, catedrático de la UB. La jubilación conlleva, en general, un cambio de estilo de vida que supone un recorte de gastos, básicamente en alimentación y vestuario. Tampoco se descuida el ahorro, aunque el conocimiento de los productos financieros es limitado. Tres de cada cuatro personas mayores tienen cuenta corriente y libreta de ahorros, pero sólo el 5% confía en la bolsa. "Los pensionistas rehúyen los productos de riesgo: buscan seguridad y liquidez", según Berenguer.

Las condiciones son, en general, peores para las mujeres que para los hombres. "La pobreza tiene cara de mujer sola, pensionista y mayor de 65 años", apunta Contreras. La mayor parte de las pensiones percibidas por mujeres son de menor cuantía que las de las hombres --debido a que tradicionalmente han cotizado menos a la Seguridad Social-- y se prolongan durante más tiempo en peores condiciones, porque la esperanza de vida femenina es mayor.

La pensión media de las mujeres es de 517 euros (86.000 pesetas), mientras que la masculina es de 891 euros (148.250 pesetas).