El pago de dividendos evita que los accionistas se vean obligados a vender sus títulos en un mercado flojo". Domingo García, subdirector del servicio de estudios de la Bolsa de Madrid, considera que, en el actual pozo bursátil, las empresas deben prestar más atención al inversor, sobre todo si esperan contar con su fidelidad. Y es que la remuneración por confiar en la capacidad de generar beneficios de las compañías en el futuro es ya el último consuelo que le queda a quienes han depositado sus ahorros en los mercados de valores.

La política de fidelización y la inquietud por buscar un soporte para las cotizaciones han llevado a las grandes empresas del mercado a apostar por mantener o aumentar el dividendo. Hasta el punto de que la retribución satisfecha por las sociedades cotizadas en la bolsa española en el 2002 se ha mantenido respecto a los ejercicios precedentes.

A PESAR DEL POCO BENEFICIO

Lo curioso es que el pago al accionista se ha mantenido en un año en el que los beneficios empresariales se han visto lastrados por las elevadas dotaciones de las empresas para sanear las inversiones realizadas en los años de abundancia. Aunque, en honor a la verdad, algunas compañías sí que han limitado el premio al inversor para intentar mejorar su situación financiera. Repsol, por ejemplo, redujo el pago a 0,15 euros brutos por acción el año pasado. La petrolera pagó 183 millones de euros (30.449 millones de pesetas), cuando en otros ejercicios la cifra fue sensiblemente superior. Fuentes de la compañía destacan que, a cambio, ha reducido la deuda a la mitad --8.739 millones de euros-- y ha aumentado sus beneficios.

El sector financiero es el que más beneficios repartió en el 2002. No obstante, BBVA anunció un recorte del dividendo para este ejercicio para compensar la caída de resultados derivada de su presencia en Latinoamérica.

Las consideradas valores refugio --eléctricas y autopistas-- mantienen una política de retribuciones al alza. Iberdrola ha establecido un incremento anual del dividendo del 5% hasta el 2006. En los últimos cinco años el pago bruto --que incluye la tributación del 18% de los beneficios-- ha subido el 29%.

Estas rentabilidades no se encuentran fuera de los parquets en el actual entorno de tipos bajos. Es más, la caída de los precios de las acciones ha puesto la rentabilidad por dividendos en cotas que no se conocían desde hace años. "En tanto que una letra a un año tiene un rendimiento del 2,5%, la rentabilidad por dividendo es un buen argumento para retener al inversor", comenta Natalia Aguirre, directora de análisis de la sociedad de bolsa Renta 4. La rentabilidad, que mide el precio de la acción dividido por el dividendo, ha llegado a superar el 6% en algún caso.