La Audiencia Nacional estrenó ayer un nuevo tratamiento, el de Don. Al menos, para uno de los acusados, don Emilio Botín. Desde el juez a los abogados de la acusación, pasando por el fiscal, al presidente del Santander no le apeó nadie del título. Ayer tenían enfrente al primer banquero del país y de Latinoamérica. Botín, con corbata roja (color corporativo del banco), sobre camisa rosasalmón, se sentó en el centro de la sala poco antes de las 10.30. A su izquierda, José María Amusátegui. Y a la izquierda de éste, Angel Corcóstegui, poco o nada dado a charlar con Botín.

A diferencia del pasado lunes, en la sala de ayer un cristal blindado separaba a los tres banqueros del público. "Esta es la sala de los etarras, donde montan broncas y tiran los bancos", apuntaba una periodista de tribunales a los colegas de economía. No se trataba de que el cambio de sala se hiciera para una mejor escenificación. Es que la Audiencia está saturada.

Botín, de espaldas al público, se enfrentó a las primeras palabras del juez Antonio Díaz Delgado: "Tiene usted derecho a mentir, pero a mí eso me parece muy fuerte. En definitiva, tiene usted derecho a no declarar aquello que le pueda perjudicar, o a guardar silencio". Botín optó por el silencio.