La reforma por decreto de las cajas de ahorros, cuya profundidad y rapidez ha dejado boquiabierto a más de uno, pone el broche de oro a dos meses exactos en los que la economía española se ha sumido en una espiral interminable de cambios sorprendente.

En estos sesenta días se ha visto al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunciar un ajuste presupuestario con una reducción de salarios públicos y congelación de pensiones incluidos. Los gobiernos autonómicos se han subido al carro con nuevos recortes y subidas de impuestos. Además, se ha aprobado una reforma laboral que abarata el coste del despido. Los sindicatos han convocado una huelga general.

De las 45 cajas de ahorros, 39 se han involucrado en procesos de fusión. Se ha aprobado una reforma de las cajas que incluso permite a éstas decidir su desaparición y transformarse en bancos. Y han empezado los contactos para un pacto energético que vuelve a situar a las nucleares en el centro del debate. El gran tema pendiente, la reforma de las pensiones, se lo ha guardado Zapatero para el miércoles, en el debate sobre el estado de la nación.

El giro

Tras años de parálisis, en los que muchos economistas echaban en falta el "fervor reformador" de anteriores gobiernos socialistas, el presidente se ha metido de lleno en todas esas reformas con las que llevaban tiempo martillando el Banco de España y organismos internacionales como el FMI, la Comisión Europea o la OCDE.

Se ha vuelto a demostrar que en la economía española las grandes reformas se hacen época de crisis. "Pero no lo estamos haciendo mal", valora el catedrático de Economía Aplicada, Josep Oliver. "España está haciendo lo que debe hacer, reformas estructurales de calado. Así, no veo a España acudiendo al fondo de rescate del euro" añadió Oliver ayer, durante la presentación del informe semestral sobre la economía española de Caixa de Catalunya, Tarragona i Manresa.

El origen

Han pasado tantas cosas en estos dos meses, que parecen años. Todo empezó a finales del mes de abril cuando Standard & Poors bajó la calificación a la deuda española. El Gobierno ni se inmutó. El 5 de mayo, cuando se reunieron en La Moncloa Zapatero y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, el presidente aún sostenía que un mayor recorte del gasto era estrangular la recuperación.

Todo cambió en tres días, el fin de semana del 8 y 9 de mayo, cuando la crisis griega casi hizo saltar por los aires al euro. Presionado por los socios, Zapatero anunció un ajuste adicional del gasto de 15.000 millones en dos años y dijo que lo explicaría en el Parlamento el día 12. El martes 11, recibió una llamada del presidente de EEUU, Barack Obama, haciéndole notar que todos estaban muy pendientes de España. Con gran pesar, el día 12 Zapatero anunció una bajada del 5% en los sueldos públicos y la congelación de las pensiones. Después, ha sido de vértigo.