El regulador bursátil portugués ha decidido hoy suspender las acciones del Banco Portugués de Inversión (BPI), después de que a última hora de ayer la entidad anunciara un acuerdo entre sus dos principales accionistas -CaixaBank y la sociedad Santoro, de la empresaria angoleña Isabel dos Santos-para desprenderse de su negocio en Angola.

La Comisión del Mercado de Valores lusa (CMVM) ha optado por tomar esta medida "hasta la divulgación de información relevante", con el objetivo de conocer más detalles del consenso alcanzado por entre los dos accionistas del BPI.

De hecho, el comunicado emitido ayer por el BPI a las 23.00 (apenas una hora antes de que expirase el plazo dado por Bruselas) se limitaba a informar del "éxito" de las negociaciones y prometía la publicación de documentos "que serán presentados a los órganos sociales competentes en los próximos días y, una vez aprobados, serán comunicados al mercado".

Por el momento se desconoce en qué consiste el acuerdo alcanzado por ambas partes para que el banco portugués -el quinto más importante del país por volumen de activos- se deshaga de su división en Angola, tal y como le reclamaba el Banco Central Europeo (BCE), que amenazaba con penalizar sus ratios de solvencia e imponerle una multa diaria si no lo hacía antes del 10 de abril.

La entidad lusa necesitaba vender su participación del 50,01% en el Banco de Fomento de Angola (BFA) por exigencia de las autoridades comunitarias, que no consideran que el sistema de supervisión bancaria del país africano sea equivalente al europeo.

Sin embargo, las divergencias existentes entre los dos mayores accionistas del BPI no permitieron encontrar una salida hasta ayer, cuando estaba a punto de expirar el plazo.

A falta de conocer los detalles, la solución adoptada puede pasar por la sociedad Santoro de Dos Santos saldría del accionariado de BPI, donde controla el 18,6% del capital. Esta opción daría luz verde a CaixaBank por hacerse con el control del BPI, a cambio Dos Santos compraría la participación de BPI en el el BFA angoleño, del que ya tiene una participación, para hacerse con el control de la entidad.