Por sorpresa, antes de lo esperado, el Banco Central Europeo (BCE) anunció ayer una rebaja del precio oficial del dinero de un cuarto de punto hasta situar el tipo de interés en el 0,25%, nuevo mínimo histórico en la zona euro. El presidente del BCE, Mario Draghi, anunció ayer además que los tipos de interés permanecerán en ese nivel "o por debajo‡" por un periodo largo y lanzó un mensaje más de tranquilidad: la barra libre de liquidez ilimitada para las entidades financieras permanecerá al menos hasta julio del 2015.

Con estos anuncios, el BCE quiere despejar de obstáculos la renqueante recuperación económica de la zona euro que, en el segundo trimestre del año, logró crecer el 0,3% con un nivel de desempleo que, según subrayó Draghi, aún permanece "muy alto". La rebaja de tipos "ayudará a familias y empresas‡", valoró el presidente del BCE; "también a los bancos", añadió, en la confianza de que se estimulará la concesión de créditos y su abaratamiento.

RIESGO DE DEFLACIÓN Con todo, el verdadero objetivo de la medida de política monetaria adoptada ayer por el BCE es yugular el peligro de que la eurozona pueda caer en un peligroso y destructivo periodo de deflación (caída generalizada de precios) sin crecimiento.

Draghi justificó la rebaja de tipos por el inesperado bajo nivel de inflación registrado en octubre en la zona euro (0,3%) y la expectativa de entrar en "un largo periodo de baja inflación" cuya duración no quiso precisar. "No vemos deflación", dijo Draghi, tras definir esta como un proceso de caída amplia de precios, durante un periodo prolongado, en un amplio catálogo de bienes y en un número considerable de países. Pero lo cierto es que esa expectativa preocupa en las instituciones europeas y en el Fondo Monetario Internacional (FMI). De momento, la tasa anual de precios en España se situó en el -0,1% el pasado octubre.

La caída de precios afecta a bienes energéticos, alimentos y algunos servicios. Si la mancha se extendiera, Draghi dijo que no dudaría en seguir usando la "artillería" en poder del BCE, en alusión a la posibilidad de bajar aún más el precio del dinero o de hacer que los bancos paguen (en lugar de cobrar) por sus depósitos en el banco central.

La promesa de barra libre para la financiación de la banca también busca apuntalar la recuperación evitando que se agraven las actuales restricciones crediticias en un contexto en el que, previsiblemente, el BCE obligará a muchas entidades a reforzar provisiones y capital tras el estricto test de estrés al que serán sometidas en el 2014.

A PESAR DE ALEMANIA Además, la rebaja de tipos también debe servir para frenar la escalada del euro frente al resto de divisas e impulsar la exportación. La apreciación de la moneda es un peligro para la exportación, única palanca de crecimiento en economías como la española.

Nada más conocerse la rebaja del tipo de interés, la cotización del euro bajó de 1,35 a 1,33 dólares; la bolsa española subió el 1,8% (luego se dio la vuelta tras la aparición de nuevos datos en EEUU); la prima de riesgo española bajó a 232 puntos y la cotización del bono a 10 años se situó en el 4,06%. A la celebración de los mercados se unió el aplauso del FMI. "Acogemos con gran satisfacción la decisión del BCE ya que creemos que puede ayudar a apoyar la incipiente recuperación de la zona euro", opinó el portavoz del FMI, Gerry Rice.

El nuevo lenguaje del actual inquilino del rascacielos del euro en Francfort sugiere un giro respecto a su antecesor. Lejos del rigor aplicado por Jean Claude Trichet --para quien era tabú utilizar la política monetaria como política de crecimiento--, Draghi parece ahora más cerca de la orientación de otras autoridades monetarias, como la Reserva Federal de EEUU, preocupada por la evolución del empleo.

Todo ello, a pesar de Alemania. La decisión se adoptó por "amplia mayoría", según Draghi, si bien Reuters confirmó que un cuarto de los 23 miembros del consejo del BCE, encabezados por el Bundesbank, votó en contra. Mientras el Gobierno alemán rehusó comentar las decisiones, el primer ministro italiano, Enrico Letta, no dudó en calificar de "buena noticia" una medida que beneficiará sobre todo a las débiles economías del sur. "Bienvenido apoyo para la recuperación en marcha de la zona euro al limitar los riesgos de deflación", aplaudió en su twitter el ministro francés de Economía, Pierre Moscovici.