Cuando parecía que todo estaba bajo control, que se había levantado un muro de seguridad en torno al euro mediante los planes de recorte presupuestario de la Unión Europea, los mercados sorprendieron ayer con una huida hacia atrás. Un desplome en toda regla que devuelve los índices al caos con el que llegaron al pasado fin de semana, antes de la cumbre de urgencia en Bruselas. El Ibex 35 español resultó el más perjudicado por lo que parece una pérdida de confianza en la vieja Europa, aunque aquí se sumó el dato del IPC de abril, indicador de un fuerte descenso del consumo. Cayó el 6,64%, aunque no anduvo muy lejos del descenso del 4,26% del CAC de París. Algo más, eso sí, que el 2,92% del DAX de Fráncfort.

"Hoy han empezado realmente a vender sus posiciones los inversores americanos. Se quitan de encima todo lo que huela a España y Europa. Mientras que la semana pasada el desplome fue provocado desde Londres por los inversores en corto --con posiciones vendedoras a corto--, hoy por ayer le ha tocado el turno a los inversores a largo plazo de EEUU". Este comentario de un operador español se respalda en la evolución del euro, que ayer se fue a mínimos (tocó los 1,23 dólares) desde febrero del 2009. Se venden activos en euros y se convierten en dólares.

El mercado actúa con unidad y no solo parece poner en duda la recuperación europea sino la estabilidad del euro. "Los inversores ven complicado lograr más unión fiscal y más unión política", agrega el operador.

Un buen número de circunstancias vinieron ayer a alimentar la incertidumbre. Comenzó en la noche del jueves el presidente del Deutsche Bank, Josef Akermann, al plantearse que Grecia pudiera pagar su deuda. "Tengo mis dudas sobre si Grecia se encuentra realmente en una posición de intensificar sus esfuerzos", dijo en una entrevista con la cadena de televisión ZDF, informa Rubén Gómez del Barrio. El banco matizó luego que se habían malinterpretado las palabras de su presidente.

COMENTARIO INCENDIARIO Paul Volcker, antiguo presidente de la Reserva Federal, asesor económico de Barack Obama y principal defensor de la reforma del sector financiero, incendió a primera hora de la mañana los mercados europeos con sus comentarios: "Tenéis el gran problema de una potencial desintegración del euro", señaló en un discurso pronunciado en la London School of Economics, informa Emilio López Romero.