¿Terminan los 10 años dorados de la economía alemana? El periodo de crecimiento más largo de la locomotora europea afronta expectativas nada alentadoras. Su producto interior bruto (PIB) se contrajo en el segundo trimestre de este año un 0,1 % con respecto al primero, informó ayer la Oficina Federal de Estadística (Destatis) y roza la recesión, apuntan ya algunos expertos. Se trata del segundo trimestre (no consecutivo) en un año en que decrece la mayor economía europea, lastrada por la guerra comercial y problemas en el sector del automóvil, así como por el brexit.

Y si Alemania estornuda, Europa se resfría. Las cifras de la zona euro se vieron marcadas por el frenazo de la locomotora y, pese a mantenerse en números positivos, rozó el estancamiento con un crecimiento del 0,2%, según datos de Eurostat publicados ayer.

«El sector exterior frenó la evolución del crecimiento económico, porque las exportaciones retrocedieron más que las importaciones frente al trimestre anterior», explicó Destatis en un comunicado en el que resaltó que la demanda interna, el gasto público y la construcción repuntaron entre abril y junio. Las exportaciones de Alemania alcanzaron los 106.100 millones de euros el pasado junio, la cifra más baja en lo que va de año y que representaron una caída del 0,1% respecto al mes anterior y de un 8% en comparación con junio deL 2018, según datos de la pasada semana.

El tropiezo del segundo trimestre se produce tras el incremento del 0,4% del primero. Alemania rozó la recesión técnica ya en la segunda mitad del 2018, cuando a una contracción del 0,2% en el tercer trimestre siguió un cierre de año plano. La principal causa de la mala evolución de la economía alemana es la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que daña el rendimiento de su potente sector exterior y de su industria manufacturera. La producción industrial cayó en junio el 5,2% en términos interanuales, el mayor descenso en una década.

EL ESCENARIO / Algunos medios informativos alemanes ya comienza a hablar de recesión, tras la década de crecimiento experimentada por el país. El diario Handelsblatt afirmó: «No hay razón para el pánico todavía. La recesión ha sido relativamente leve hasta ahora. Pero si el conflicto comercial entre EEUU y China empeora, las economías emergentes continúan desacelerándose y Gran Bretaña abandona la UE sin un acuerdo en el otoño, la caída económica podría convertirse en una verdadera depresión. Los políticos deben prepararse para este escenario y elaborar un paquete de estímulo para amortiguar la recesión».

El ministro de Economía, Peter Altmaier, de la conservadora Unión Demócrata Cristiana, calificó la situación como «una señal de alerta», pero también estimó que la recesión es evitable, en un comentario recogido por el diario Bild. «Estamos en una economía débil, pero aún no en recesión. Podemos evitar eso si tomamos las medidas correctas», matizó. Igualmente, el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, comentó que la economía tiene «margen». Weidmann agregó: «La economía nacional aún está bien, la debilidad se ha concentrado hasta ahora en la industria y las exportaciones. Razones importantes son los conflictos comerciales internacionales y el brexit», insistió.

El conjunto de estados de la zona euro y de la UE rozaron el estancamiento, ambos con un crecimiento intertrimestral del 0,2%. Alemania no fue el único país en negativo. Reino Unido (-0,2%), imbuido en plena incógnita sobre su futuro, y Suecia (-0,1%) también decrecieron. Italia, por su parte, roza la depresión con una variación del 0%. Razones suficientes como para que las bolsas europeas registraran pérdidas de entorno al 2%, con el DAX de Fráncfort al frente. El Ibex 35 español perdió lo ganado en el año.