La economía española retrocedió el 0,5 % en el primer trimestre, lo que supone una desaceleración del ritmo de caída del PIB respecto al último trimestre de 2012 en el que decreció el 0,8 %, según la estimación publicada hoy por el Banco de España en su último boletín económico.

La entidad destaca que la moderación del ritmo de contracción se ha producido en un clima de mejoría de los mercados financieros europeos, salvo por episodios puntuales de incertidumbre vinculados a las dificultades de Italia para formar Gobierno y a las complicaciones para el rescate financiero de Chipre.

Pese a esos momentos, el Banco de España subraya que ha continuado la mejora de las condiciones de financiación tanto del Tesoro público como del sector privado.

El dato del primer trimestre se explica por la caída de la demanda interna del 0,8%, menor a la del trimestre precedente como consecuencia de un comportamiento menos negativo del consumo de los hogares, una vez diluido el efecto de la subida del IVA y de la supresión de la paga extraordinaria de diciembre a los empleados públicos.

No obstante, la entidad subraya que la escasa capacidad de ahorro de las familias en un contexto de caída de la renta disponible, elevado endeudamiento y panorama laboral incierto deja poco margen para la recuperación del consumo a corto plazo.

También el gasto de las empresas en inversión ha caído a menor ritmo en el primer trimestre por la mejora de la confianza empresarial y el mantenimiento de las ventas al exterior.

El sector exterior siguió aportando crecimiento a la economía (0,3 puntos porcentuales), aunque en menor medida que el trimestre precedente, debido a la menor caída de las importaciones, en tanto que las exportaciones se recuperaron pese a la debilidad de la zona del euro, principal mercado receptor de bienes y servicios españoles.

La destrucción de empleo también se moderó, ya que cayó a una tasa del 4,5 % interanual, frente al 4,7 % del trimestre anterior, una ralentización que habría afectado a todas las ramas productivas.

También el aumento del paro registrado se ha desacelerado, si bien la entidad cree que puede obedecer "a una cierta intensificación del efecto desánimo tras un periodo tan prolongado de destrucción de empleo", lo que lleva a menos parados a inscribirse en los servicios público de empleo.

Asimismo, el Banco de España detecta un repunte en el peso de los contratos indefinidos y un nuevo impulso de los de tiempo parcial.

También se felicita por la mayor respuesta de la negociación colectiva a las dificultades de las empresas, lo que ha propiciado incrementos "prácticamente nulos" de la remuneración por asalariado en el sector privado.

En cualquier caso, dice que para asegurar que la incipiente moderación salarial se traslade a los precios, y permita ganar competitividad frente al exterior, es aconsejable acelerar el proceso ya iniciado de reformas estructurales.

Del proceso de consolidación fiscal, la entidad destaca el esfuerzo "de gran intensidad" realizado en 2012 y considera imprescindible que se avance en este sentido para contar con unas finanzas públicas más saneadas y frenar la trayectoria alcista del nivel de deuda pública.

De la cifra definitiva de déficit de 2012 (7 % del PIB sin contar las ayudas a la banca), destaca que ha sido ligeramente superior a la anticipada por el Gobierno por la modificación de criterio para contabilizar las devoluciones de impuestos y porque hasta 2013 no se computarán las pérdidas de los tenedores privados de productos híbridos (entre ellos, preferentes) dentro del proceso de recapitalización de las entidades.