La economía china creció un 7,9% en el segundo trimestre del 2009, lo que muestra que Pekín ha recuperado el timón del milagro económico tras dos años y medio de caídas y a pesar de que la crisis sigue castigando sus exportaciones.

La subida está lejos de los tradicionales dos dígitos de tiempos de bonanza, pero supera el 6,1% del primer trimestre, que marcó su punto más bajo desde que hay estadísticas. Y sobre todo, coloca a su economía en la senda del 8% anual, una promesa de Pekín que fue recibida con escepticismo en su día y que tras los datos del primer trimestre parecía ilusoria.

Detrás de la mejora está el paquete de 414.000 millones para estimular el consumo interno y las infraestructuras. La inversión en activos fijos creció en el primer semestre un 33,5% y las ventas al por menor, un 15%.