La economía china creció un 9,4% en los primeros nueve meses del año. La cifra, ligeramente inferior a la del segundo trimestre (9,5%), supera sin embargo todas las previsiones. Tanto Pekín como el Banco Mundial esperaban un aumento del 9% del producto interior bruto (PIB) para el 2005. Probablemente, tendrán que revisarlo al alza antes de diciembre. Según el primer ministro chino, Wen Jiabao, el PIB ascenderá este año a 1,54 billones de euros.

Los precios mantuvieron una "moderada tendencia al alza", según la Oficina Nacional de Estadística. El índice de precios de consumo (IPC) subió un 0,9% interanual en septiembre, el ritmo más bajo desde agosto del 2003.

"El crecimiento continúa, la inflación está bajo control. No hay necesidad de nuevos frenos a la actividad económica del país", opinó el analista australiano Shane Oliver de AMP Capital Investors. China, de nuevo, superó las predicciones internacionales y dio el esquinazo a la desaceleración que todos esperaban. El crecimiento, esta vez, parece más saludable.

La producción industrial subió un 16,3% hasta situarse en 520.247 millones de euros. Lideraron el crecimiento las empresas privadas, con un 17,9%, seguidas de firmas de capital extranjero (16,2%), las cooperativas (11,9%) y las estatales (11,3%).

Las ventas al por menor subieron un 13%. El aumento de los salarios de los ciudadanos chinos permitió el repunte de la demanda interna, algo que Pekín persigue desde hace años.