La economía española experimentará una caída transitoria y limitada durante el tercer trimestre de este año. Esa situación, que contrasta con el crecimiento, aunque moderado, registrado en los dos trimestres anteriores, será consecuencia de los efectos contractivos del ajuste fiscal aprobado por el Gobierno y el impacto sobre las decisiones de consumo e inversión.

Pese a ello, el servicio de estudios del BBVA, en su informe sobre la situación española en el tercer trimestre, considera que el hecho de que el ajuste sea rápido y esté orientado a reducir el gasto de forma rigurosa permitirá que la repercusión sobre la actividad económica será más moderada y temporal.

El informe coincide con el del Banco de España en que la economía creció dos décimas en el segundo trimestre, un dato que, señala, "confirma su debilidad". En cuanto al trimestre actual, considera que ha comenzado también creciendo, y calcula que en julio el PIB avanzó una décima, aunque advierte de que habrá que esperar a ver qué pasa en los meses de agosto y septiembre, en los que se prevé una ligera desaceleración.

Los analistas del segundo banco español prevén que el escenario más probable de cara al próximo ejercicio sea el de "mejora de la confianza" y disminución de "la percepción del riesgo". En este sentido, mantienen que el ajuste de los desequilibrios en el sector privado ya se encuentra muy avanzado, en tanto que la tasa de ahorro está en niveles elevados y se ha limitado la inversión en sectores con "sobrecapacidad". Esta circunstancia ha derivado en una menor necesidad de financiación de la economía que "no se observa en otros países con desequilibrios similares a los de España al inicio de la crisis".

En todo caso, las previsiones del banco son más pesimistas que las del Ejecutivo, que considera que la economía caerá el 0,3% este año y crecerá el 1,3% en el 2011. Sin embargo, la entidad espera que el producto interior bruto (PIB) crezca el 0,6% este año y el 0,7% en el 2011.

Las discrepancias del banco con la política económica del Ejecutivo va más allá de las cifras. La entidad plantea que debería abordarse una reforma fiscal que promueva un sistema más eficiente, lo que supone una presión fiscal indirecta mayor y menor presión fiscal directa. La entidad también se muestra crítica con la reforma laboral: "Podría no ser suficiente para resolver los problemas que afectan al mercado de trabajo español".

NUEVO IMPUESTO Por otra parte, ayer se conoció que la Comisión Europea presentará una propuesta de reforma del presupuesto de la UE a finales de septiembre próximo, que incluirá la posibilidad de poner en marcha un impuesto directo europeo para reducir las contribuciones de los estados miembros.