La economía española creció el 4 por ciento en el segundo trimestre del año, una décima por debajo de la registrada en el trimestre precedente, según prevé el último Boletín Económico del Banco de España.

Así lo afirma el organismo regulador, que señala que este resultado refleja una "suave" moderación de la demanda nacional, tanto del gasto en consumo como de la formación bruta de capital fijo.

En este sentido, destaca la "fortaleza" de la inversión en bienes de equipo para la que prevé tasas por encima del 11 por ciento, mientras que la inversión en construcción registraría una desaceleración "algo más marcada", con ritmos de aumento en el entorno del 5 por ciento.

En cuanto a la demanda exterior neta, tanto las exportaciones como las importaciones de bienes y servicios aceleraron su ritmo de expansión en el segundo trimestre, si bien el Banco de España subraya que el incremento de las compras al exterior está siendo inferior al de hace un año.

Además, el Banco de España prevé que los ingresos públicos registren a final de año tasas de crecimiento "muy superiores" a las presupuestadas, aunque se pueda producir una desaceleración en la recaudación de impuestos directos en la segunda parte del año.

En este sentido, recomienda que esta "holgura" financiera no se emplee para incurrir en "desviaciones" del gasto, sino para avanzar más en la consolidación fiscal y aumentar el margen de maniobra en circunstancias menos favorables que las actuales.

En su opinión, si se confirman estas previsiones, el saldo fiscal en 2007 debería tener un superávit por encima del 1 por ciento fijado por la última Actualización del Programa de Estabilidad.

El Boletín incide en que en el mercado inmobiliario los precios continuaron desacelerándose, con un crecimiento interanual del 5,8 por ciento en el periodo abril-junio, mientras que en los mercados bursátiles, pese a haber mantenido la trayectoria alcista en este periodo, se observó una cierta inestabilidad junto con una mayor incertidumbre sobre la valoración de algunas sociedades del sector inmobiliario.

Pese a ello, el consumo de los hogares mantuvo un "notable" dinamismo, "dentro de una senda de suave desaceleración", basado en la "fortaleza" de la creación de empleo, en el descenso de la inflación y en los menores pagos impositivos tras la reforma del IRPF.

Por otra parte, la inversión empresarial mantuvo un comportamiento "muy dinámico", debido al buen contexto internacional, a los elevados beneficios empresariales y a las favorables perspectivas sobre la actividad interna.

Respecto a los costes laborales, el Banco augura que en el segundo trimestre los salarios habrían estabilizado sus ritmos de crecimiento en niveles similares a los del trimestre anterior, cuando la remuneración por asalariado en la economía de mercado se situó en el 3,1 por ciento.

En cuanto a las empresas, el Banco de España señala que no se observan todavía reacciones significativas ante el nuevo entorno financiero, "que requiere una moderación en el ritmo de endeudamiento, en línea con una gradual desaceleración de las actividades de promoción inmobiliaria, que abra paso al relevo por otras actividades productivas y otras formas de inversión".

A su juicio, este relevo es una condición "necesaria" no sólo para que continúe un reequilibrio "ordenado" en el crecimiento de la economía española, sino también para conseguir un mayor incremento de la productividad.

Para ello, aboga por dar un nuevo impulso a las reformas estructurales, que por el lado de la oferta faciliten que la industria y los servicios sustituyan el protagonismo de la construcción, "una vez que se vaya agotando el extraordinario impulso que ha ejercido en la última década", y que el empleo se reasigne "sin fricciones" entre sectores.

Por otra parte, el Banco destaca que durante la primera mitad de 2007 la economía de la zona euro continuó creciendo de forma "sólida", apoyada principalmente en la fortaleza de la inversión y en las exportaciones.