La desaceleración económica es generalizada. El Producto Interior Bruto de la Eurozona progresará este año un 1,1% y un 1.2% en 2020, una y dos décimas respectivamente por debajo de los proyectado hace tan solo cuatro meses. Una ralentización que será todavía mayor en el caso de España. Según las nuevas previsiones económicas de la Comisión Europea, España seguirá creciendo por encima de la media de los países del euro pero a un ritmo menor del esperado: un 1,9% en 2019 y un 1,5% en 2020, cuatro décimas menos de lo pronosticado en julio pasado.

Bruselas achaca el enfriamiento de la economía principalmente a dos factores. En primer lugar a un menor consumo privado que se traduciría en un menor impulso al crecimiento. Y, en segundo, lugar a la revisión de los datos históricos. Como consecuencia de ello, el pronóstico de crecimiento para este año se ha revisado a la baja en cuatro décimas. La mitad de esta diferencia se debe a revisiones de datos históricos, mientras que la otra mitad se debe a una perspectiva más débil para la segunda mitad de 2019, explican los técnicos en el informe.

Para 2020, las previsiones también apuntan a una desaceleración de cuatro décimas, al 1.5% del PIB, y al 1.4% en 2021. Los riesgos para las perspectivas son a la baja en un contexto de elevada incertidumbre y se refieren tanto a riesgos exteriores como domésticos, como las tensiones comerciales mundiales y un mayor comportamiento hacia el ahorro de los hogares, sostiene el informe. Según la radiografía de los expertos comunitarios, pese al aumento del crecimiento de los salarios reales, el crecimiento del consumo privado en los últimos trimestres se habría ralentizado lo que se traduciría en un aumento de la tasa de ahorro y en menos alegría a la hora de consumir.

EL MERCADO LABORAL PIERDE TRACCIÓN

En este sentido, no ayuda el hecho de que el mercado laboral haya empezado a perder tracción durante este tercer trimestre del año. Aún así, el Ejecutivo comunitario espera que España siga creando empleo aunque a ritmo menor, especialmente en 2020 y 2021. Pese a esta evolución, los los pronósticos auguran que la tasa de paro seguirá cayendo al 13,9% en 2019, 13,3% en 2020 y por debajo de ese umbral, hasta el 12,8%, en 2021 en la que sería la tasa más baja desde que estallara la crisis en 2008.

Mientras tanto, el crecimiento salarial alcanzará su punto más elevado en 2019 y se espera que mantenga el dinamismo y por encima de la inflación tanto en 2020 como en 2021. El índice de precios al consumo volverá a caer este año (al 0,9%) debido a la evolución de los precios del petróleo pero volverá a aumentar gradualmente hasta alcanzar el 1,4% en 2021.

MÁS DÉFICIT EN 2020

En cuanto a la evolución del déficit público, el Ejecutivo comunitario estima que España cerrará el año con un agujero del 2,3% en las cuentas públicas, el mismo dato que ya pronosticó en primavera. A pesar de la moderación en el crecimiento económico, se espera que los ingresos crezcan a un ritmo relativamente rápido en 2019, ayudados por las boyantes contribuciones sociales y los impuestos sobre la renta personal, justifica la Comisión Europea que considera que este aumento en los ingresos será suficiente para compensar los significativos aumentos significativos en los gastos para hacer frente a las transferencias sociales y particularmente al gasto en pensiones.

Sin embargo, y con un presupuesto prorrogado, el agujero presupuestario en 2020 se reducirá menos de los esperado. En sus previsiones de primavera los expertos de la Comisión auguraban un déficit del 2%. Ahora estiman que, en ausencia de un presupuesto, será del 2,2%. Esta proyección, explican en el informe, incluye el aumento salarial para los empleados públicos estipulado para el período 2018-20, de acuerdo con los sindicatos, así como una revaluación anual de las pensiones en línea con inflación.

Sin embargo, solo incorporan algunos de los ahorros potenciales identificados en las revisiones de gasto publicadas por la AIReF que, según admiten los técnicos comunitarios, si se implementan por completo podrían ayudar a reducir el déficit a partir de 2020. En todo caso, y suponiendo que no haya cambios en la política, el déficit general se reducirá al 2,1% del PIB en 2021. Esta radiografía no está exenta de riesgos y podría incidir negativamente la materialización de pasivos contingentes. La evolución de la deuda pública también será menos positiva de lo esperado. Seguirá cayendo pero a un menor ritmo del esperado. Bruselas proyecta una reducción al 96,7% en 2019, 96,6% en 2020 y 96% en 2021, por encima de lo proyectado en mayo pasado.

SITUACIÓN EN LA UE

La nueva radiografía de Bruselas también ofrece una imagen sombría de la situación tanto en la Eurozona como en el conjunto de la UE. El mercado de trabajo mantendrá su solidez y el paro seguirá cayendo (al 7,6% en 2019 y 7,4% en 2020 en la Eurozona y 6,3% y 6,2% en la UE), pero la incertidumbre exterior, debido a las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China y otros problemas políticos como el 'brexit', siguen siendo importante y harán que la economía europea entre en un período prolongado de menos crecimiento y baja inflación, con una previsión del 1,1% para la Eurozona este año y del 1,4% para el conjunto de la UE. En este sentido, la Comisión Europea ha vuelto a recordar que el crecimiento podría ser mayor si los Estados miembros que disponen de más margen de maniobra presupuestaria optaran por políticas fiscales más expansionistas.