El Gobierno es consciente de que "en los últimos meses han vuelto a surgir rumores sobre la supuesta insolvencia" de las cajas de ahorro, como ayer reconoció el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa.

Por ello, ha incrementando la presión sobre estas entidades de ahorro para que aumenten la transparencia sobre su situación, expliquen sus planes de negocio y mejoren su estructura de capital. Un proceso en el que la prioridad sigue siendo que no recurran a ayudas públicas.

"Desde el punto de vista político, la opción más atractiva es que las cajas no recurran al FROB Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, sino que acudan a los mercados", advirtió al sector.

De este modo, Campa salió al paso de los rumores que apuntan a que el Ejecutivo está preparando una segunda ronda de recapitalizaciones públicas de las entidades más débiles. El secretario de Estado de Economía matizó, eso sí, que el fondo tiene todavía una capacidad financiera amplia que le permite afrontar cualquier actuación adicional necesaria.

VETO POR LA CRISIS Lo que el Gobierno exige a las cajas de ahorro, explicó, es que adopten cuanto antes los cambios necesarios para poder acudir a financiarse a los mercados privados de capital "con normalidad", un acceso que hoy tienen vetado por la crisis de la deuda.

Para lograrlo, precisó, las cajas deben ser "creíbles" para los mercados, explicando su situación y planes, y "solventes", para lo que tienen a su disposición todas las opciones que les brinda la ley de cajas aprobada el pasado verano. Es decir, seguir como hasta ahora, emitir cuotas participativas (una especie de acciones) o transferir su negocio a un banco de su propiedad.

Es una "decisión individual" de cada entidad, ya que "todas las alternativas son válidas", remachó Campa, a pesar de que en el mercado se da por sentado que la opción favorita del Ejecutivo es que operen como bancos.

También descartó que sea necesario un cambio normativo para acelerar la reestructuración de las entidades de ahorro. Sin ley de por medio, argumentó Campa, las cajas de ahorro inmersas en fusiones cumplieron el plazo fijado (hasta las fiestas de Navidad) para formar sus órganos de gobierno y constituir los bancos centrales de las fusiones frías.

Sin embargo, la valoración hecha por el Gobierno no coincide con la de la Comisión Europea. El comisario de Competencia, Joaquín Almunia, defendió que España necesita adoptar "medidas adicionales" para "acelerar" la reestructuración. El problema, afirmó, es la "digestión de una crisis muy fuerte" en el sector inmobiliario, "más que la dificultad de acceso a la financiación en los mercados".

PETICION DE MAYOR LIQUIDEZ Precisamente, las entidades financieras españolas elevaron su apelación a la liquidez del Banco Central Europeo hasta los 69.976 millones el pasado diciembre, el 9,5% más que en noviembre. Bankinter, por su parte, se convirtió ayer en la tercera entidad que emite este año, al colocar 500 millones en cédulas hipotecarias.