La Comisión Europea informó ayer de que la economía de la zona euro se estancó en el cuarto trimestre del año y de que no excluye un descenso del producto interior bruto (PIB) en los primeros meses del 2003, según las previsiones mensuales del organismo dadas a conocer ayer. El Ejecutivo comunitario ha rebajado en 0,1 puntos sus expectativas para el cuarto trimestre del 2002, lo que sitúa el crecimiento del PIB entre el 0,1% y el 0,4%. Además ha revisado en 0,1 puntos el crecimiento del primer trimestre de este año, dentro de una horquilla que va desde el -0,1% al 0,3%.

Bruselas justificó la revisión por "la debilidad en la venta de vehículos y el descenso de confianza en el sector del comercio detallista", que básicamente significa una ralentización del consumo privado dentro de la zona euro. Con el comienzo del año, la actividad "se hará aún más débil", según la Comisión, que, sin embargo, mantiene el escenario de "recuperación gradual de la economía durante el año".

CRECIMIENTO DEL 1,8%

No modifica la previsión de crecimiento del 1,8% para el conjunto del 2003, y sitúa en el 0,8% la estimación para el conjunto del 2002, según señaló ayer el portavoz del comisario Europeo de Asuntos Económicos, Pedro Solbes. Añadió, sin embargo: "Los riesgos se mantienen, por lo que hay que estar vigilantes".

Solbes señaló el miércoles que los últimos indicadores sobre el consumo en la zona euro no invitaban precisamente al "optimismo", en una alusión al riesgo de una guerra en Irak. El alza de los precios del petróleo tendría un claro "impacto negativo" sobre el crecimiento europeo, señaló.

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Wim Duisenberg, coincidió con el diagnóstico en la rueda de prensa en la que explicó la decisión de la entidad de dejar los tipos de interés en el 2,75%. Insistió en que los riesgos para el crecimiento económico de la eurozona "aún persisten", a pesar de que el bajo nivel de los tipos de interés del área ayudará a compensarlos. Aseguró las incertidumbres tienen su origen en "la acumulación de desequilibrios macroeconómicos en el pasado y en las tensiones geopolíticas", así como en la posibilidad de futuros incrementos del precio del crudo y sus derivados.

FIDELIDAD AL PACTO

El banquero holandés insistió en que los países del área mantengan la fidelidad al pacto de estabilidad y apoyó las medidas de la Comisión contra los países con un déficit público excesivo, como Alemania, Portugal y Francia. Puntualizó que es "esencial" que los gobiernos intensifiquen sus esfuerzos "para expandir el potencial de crecimiento no inflacionista de la zona euro".

No obstante, el presidente francés, Jacques Chirac, manifestó su postura en contra de las llamadas al orden fiscal de Bruselas e insistió en que "con un crecimiento débil no es el momento para entrar en una política presupuestaria restrictiva".