Contra pronóstico y desafiando el pesimismo mundial generalizado --y en España, en particular--, las economías de Alemania y Francia, las dos locomotoras de la Unión Europea, registraron un fuerte crecimiento en el primer trimestre del año que ha dejado boquiabiertos a la mayoría de los analistas.

El producto interior bruto (PIB) de Alemania creció el 1,5% respecto al último trimestre del 2007, más del doble que el 0,7% esperado. Se trata del crecimiento trimestral más elevado en 12 años. En relación con el mismo periodo del año anterior, el crecimiento fue del 2,6%. La economía española ha crecido el 0,3% respecto al último trimestre del 2007 y el 2,7% anual.

"Es como si el petróleo caro, el euro fuerte y la crisis hipotecaria, que han llevado a EEUU al borde de la recesión y han frenado la economía mundial, no fueran más que un mal sueño", afirman algunos cronistas alemanes. Ese sorprendente crecimiento se relaciona con el empuje del consumo privado y de la inversión en vivienda, favorecida por un invierno suave, que ha permitido anticipar actividad programada para la primavera. Algunos analistas advierten de que, quizá, el buen dato del primer trimestre puede quedar chafado en la primavera.

En Francia, también ha habido sorpresa. El PIB creció el 0,6% en el trimestre y el 2,2% en tasa anual. El presidente del país, Nicolas Sarkozy, se felicitó por los datos, que "trasladan el impacto de las medidas aplicadas y los compromisos del Gobierno a favor del trabajo, el empleo y el poder adquisitivo".

El fuerte crecimiento de Alemania y Francia es una gran noticia para España, pues son los principales destinos de sus exportaciones (el 30% del total). Por ahora, la economía española figura como una de las más debilitadas de la UE. En el primer trimestre, el PIB español creció el 0,3% respecto al último del 2007, menos de la mitad que la media de la zona euro (el 0,7%), según la estadística oficial. Este dato, que invierte la tendencia habitual de los últimos años, muestra el abrupto impacto de la crisis internacional. En tasa anual, la economía española creció el 2,7%, por encima de la media de la zona euro (2,2%).