EEUU cuenta con diferentes programas de ayuda a unos 50 millones de personas con rentas bajas. Uno de los más extendidos es el WIC, disponible desde 1972 y destinado a embarazadas y menores de cinco años, que reciben cheques para ser intercambiados por alimentos en supermercados. Se calcula que el programa contaba el año pasado con más de nueve millones de beneficiarios, la inmensa mayoría bebés y niños, para los que el Congreso aprobó una partida especial de casi 5.700 millones. El programa Food Stamps, creado en los sesenta, beneficia a 40 millones de estadounidenses, que reciben unos 100 euros mensuales en cupones.