El paro de larga duración ha ido creciendo en los países industrializados de forma silenciosa desde que empezó la crisis financiera en el 2007. Es una pandemia que se ceba en los colectivos más débiles y que afecta especialmente a España, un país que bate todo los récords en materia de paro. La definición de parado de larga duración, según la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), es la persona que lleva 12 meses sin trabajar y que durante este periodo ha estado activamente buscando un empleo.

En los países de la OCDE, este colectivo ha crecido en 2,6 millones desde el 2007 hasta sumar 7,8 millones de personas. En la zona euro, el porcentaje de desempleados durante 12 meses consecutivos o más se situaba en el 2008 en el 3% de la población activa. A finales del 2011, estos parados representaban ya el 4,6% de la población.

Las estadísticas muestran importantes diferencias entre los países de la moneda única, como diferencias hay en los seguros de desempleo, la duración de los mismos y los itinerarios que siguen los parados en cada una de las economías del euro. España es, sin embargo, el segundo país con mayor volumen de desempleados de larga duración, con un 9% de la población activa, y solo superado en el ranking por Eslovaquia (9,2%), según la OCDE.

El paro en España alcanza ya al 24,63% de la población activa, según la última Encuesta de la Población Activa (EPA), es decir, a 5,6 millones de personas. De estos parados, 2.079.900 llevan más de 12 meses en el paro. El profesor Sandalio Gómez, titular de la Cátedra de relaciones laborales de IESE, sostiene que el paro de larga duración no se puede analizar sin tener en cuenta el sistema de prestaciones por desempleo, la situación económica del país y las características de los desempleados.

DEBATE SOBRE LA MESA "Todos estos factores inciden directamente en el paro de larga duración", explica Gómez. Se trata de un debate que está sobre la mesa a raíz de la intención del Gobierno de revisar el Pla Prepara, que es el que concede ayudas de 400 euros durante seis meses a parados a los que se les ha agotado la prestación.

España registró su nivel más bajo de paro de larga duración en el 2007, con un 1,7% de la población activa. El peor momento se vivió en el año 1994, con una tasa del 11,8% sobre la población activa.

Si se mira la evolución entre el PIB y el paro en los países del euro se obtiene una conclusión preocupante. Ante una caída del PIB similar, España incrementa la tasa de paro el doble o el triple que los países de su entorno, aun registrando estos una recesión de la misma envergadura. Si tomamos, por ejemplo, el peor año de la crisis, el 2009, el PIB español cayó un 3,2% y la tasa de paro pasó del 11,7% al 17,4% de la población activa. En cambio, la economía alemana retrocedió un 5,4% y su tasa de paro pasó del 7,3% de la población activa al 7,6%. Lo mismo ocurrió en Francia, Italia y el resto de países del euro.

El profesor Sandalio Gómez, que ha analizado la evolución del PIB y del paro en los países de la zona euro, explica que esta diferencia se explica por factores como la rigidez del mercado laboral español y la fuerte dependencia de sectores muy intensivos en mano de obra como la construcción y el automóvil. "Estos factores, sumados a que en España existe la idea de agotar la prestación por desempleo completa inciden en que exista una tasa muy elevada de paro de larga duración", sostiene el académico. Los expertos coinciden en que no se trata de recortar las ayudas sociales, pero sí sería necesario cambiar la mentalidad de subsidio sin dejar de aplicar la justicia social.