La compañía energética italiana Enel entró ayer en la batalla por el control de Endesa. En plena opa de E.ON, la firma italiana ha dado instrucciones para adquirir acciones de la eléctrica española hasta un 10% de su capital a 39 euros, lo que supera en 25 céntimos la mejor oferta de los alemanes. La irrupción de un grupo que cuenta con accionistas públicos desató una andanada de la oposición del PP al Ejecutivo de Zapatero, que llegó incluso a acusarlo de pretender "arruinar" a los accionistas de Endesa.

El banco UBS fue el encargado de comprar por cuenta de Enel, que pagó 4.126 millones. Aunque de momento alcanza a un 10% de los títulos, fuentes del mercado señalaron que el verdadero interés de la italiana es elevar en varias fases su participación hasta sumar el 24,9%. La operación se filtró al cierre de las bolsas, lo que no impidió que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), autoridad bursátil española, decidiera que la acción de Endesa quedaba suspendida de cotización hasta esclarecer "las circunstancias" que han envuelto la compra.

Si la italiana obtiene ese paquete accionarial en el mercado bursátil, E.ON tendría muy cuesta arriba que prosperara su oferta, ya que está supeditada a lograr el control de Endesa mediante una porcentaje de acciones superior al 50%. El grupo alemán deberá convencer a Acciona (21%), Caja Madrid (10%), la sociedad pública SEPI (3%), Axa (5%) y otros fondos de inversión institucionales de la bondad de su plan empresarial para la primera eléctrica española.

Enel se justificó en virtud de su estrategia en el mercado europeo, pero transforma de manera sustantiva el escenario de la próxima junta de accionistas de Endesa, convocada para el 20 de marzo. En esa reunión, E.ON pretende eliminar las restricciones de los derechos políticos de los accionistas, limitados al 10% del capital en los estatutos.

El grupo italiano, propietario de la cántabra Viesgo desde enero del 2002, someterá la operación a las autorizaciones del Ministerio de Industria. El Gobierno decidirá si una empresa extranjera con capital público puede tener más del 3% del capital en dos eléctricas españolas.

AcusacionesFuentes del mercado señalaron ayer que la dirección de Endesa, a la que el anuncio le sorprendió, intentará demostrar que la llegada de Enel ha sido propiciada por el Gobierno español para frenar la compra de E.ON, lo que podría interpretarse jurídicamente como un pacto de concurrencia. De la misma manera, consideran que la CNMV se verá obligada a permitir a los alemanes una mejora de las condiciones económicas de su oferta (38,75 euros) ante la súbita irrupción de Enel. El cambio en el escenario podría desembocar en un embrollo jurídico análogo al que se libró contra la oferta de Gas Natural, que finalmente desistió de la compra.

La derivación política de la batalla por el dominio de la primera empresa energética española no se hizo esperar. El secretario ejecutivo de Economía del PP, Miguel Arias Cañete, revistió la compra de Enel como una "intromisión en la soberanía". Para justificarse, recordó que el 30% del capital es del Estado italiano y lamentó que, "por motivos políticos incomprensibles", el Gobierno prefiere entregar el control de un sector tan estratégico como el energético a un Gobierno extranjero.