Si alguien esperaba que con la entrada en vigor de la liberalización total del sector eléctrico el pasado miércoles notaría un sustancial recorte en la factura de la luz verá sus expectativas defraudadas. Las compañías se han volcado en los pequeños negocios y pymes cuya potencia contratada supera los 10 kilovatios (KW), un segmento que apenas supone el 9% del total, con rebajas superiores al 10%. Estos son los clientes que, desde el pasado día 1, están obligados a contratar la electricidad en el mercado libre si no quieren que su factura se encarezca el 5% al trimestre, el 20% desde abril del 2010 y quedarse sin suministro en octubre del año que viene, recuerda la Comisión Nacional de Energía. Y muchos de ellos lo desconocen. Lo revela una encuesta realizada a más de 1.000 pymes. De las que contestaron, casi el 90% tenían una potencia mayor de 10 KW, pero solo una cuarta parte contaba con un contrato en el mercado libre y tres de cada cuatro desconocían las consecuencias de no hacerlo.

El resto de los usuarios, los más de 24 millones de particulares, pueden permanecer en la nueva tarifa de último recurso (TUR), que se estrenó con una subida del 2% el miércoles pasado, y esperar a que el mercado incorpore ofertas para particulares. Las existentes son, hasta la fecha, meramente testimoniales.

Para que la competencia se note en el segmento doméstico habrá que esperar. La TUR no recoge todavía el verdadero coste de la electricidad, con lo que los márgenes son muy estrechos, explican fuentes de Iberdrola y de otras eléctricas. La pugna por los clientes particulares, que resultan poco atractivos para las eléctricas, vendrá por la vía de los servicios, dicen en el sector.

Permaneciendo en la TUR se puede pedir el cambio de suministrador. Hay cinco registrados, que son filiales de las eléctricas tradicionales. Las pymes y pequeños negocios y los particulares con potencias superiores a los 10 KW pueden recurrir a 27 comercializadoras.