La campaña global para erradicar la peste de los pequeños rumiantes, una enfermedad muy contagiosa que causa grandes pérdidas de ovejas y cabras, ha comenzado con una primera etapa valorada en casi mil millones de dólares. La Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) presentaron hoy esa primera etapa, que durará los próximos cinco años dentro de un programa más amplio con vistas acabar con esa enfermedad para 2030.

Los dos organismos explicaron en un comunicado que se centrarán en los países de alto riesgo y se basarán en la experiencia que supuso erradicar la peste bovina en 2011. La estrategia busca sensibilizar a los ganaderos, ayudarles a prevenir la enfermedad, fortalecer los servicios veterinarios a nivel nacional y poner en marcha campañas de vacunación selectiva, dado que ya existen vacunas baratas que protegen a los animales de por vida.

También pretende mejorar los sistemas de producción ganadera para que los ganaderos puedan salir de la pobreza y alimentar a sus familias con la cría de esos animales. La FAO y la OIE consideraron que tienen las herramientas necesarias para implementar el plan, entre ellas un sistema mundial de información sobre los brotes, normas internacionales para prevenir la propagación de pestes a través del comercio, y reglas concretas para la vigilancia y el diagnóstico de esa peste.

A principios de 2017 está prevista la celebración de una conferencia de donantes con el objetivo de garantizar los recursos financieros durante los primeros cinco años. Se calcula que la peste de los pequeños rumiantes causa pérdidas anuales de entre 1.400 y 2.100 millones de dólares debido a su alta mortalidad entre esos animales.

Desde que se identificó por primera vez en Costa de Marfil en 1942, la enfermedad se ha extendido a más de 70 países en África, Oriente Medio y Asia, regiones donde se encuentran más del 80 % de las ovejas y cabras del mundo, y donde muchas comunidades dependen de sus productos.