Los trabajadores del fabricante automovilístico alemán Opel, filial de General Motors, han aceptado flexibilizar su jornada y renunciar a aumentos salariales para garantizar la supervivencia de sus fábricas. El presidente de la compañía, Hans Demant, presentó ayer en Rüsselsheim (oeste de Alemania) el acuerdo alcanzado entre la dirección y los sindicatos de la empresa que asegura la total ocupación de las tres plantas de Opel en Alemania y descarta despidos hasta el 2010.

Las contrapartidas aceptadas por los trabajadores se suman al plan de reducción de empleo que suprimirá 9.000 puestos de trabajo en Opel Alemania. Según el acuerdo, en Rüsselsheim se fabricará a partir del 2008 la nueva gama media de General Motors, es decir, las series Vectra y Signum, y un modelo de la marca sueca Saab, con una producción anual de 293.000 vehículos.

Rüsselsheim, con trabajo garantizado para sus tres turnos, se impuso a la planta sueca de Trollhaettan por su mayor flexibilidad, menores costes laborales y ventajas del cambio de divisas. La planta de Bochum montará la berlina Astra. Y en Kaiserslautern, "se buscarán uno o más socios para asegurar los puestos de trabajo", dijo Demant.