Ni será rápida, ni estará exenta de posibles obstáculos en el camino. España encamina la senda de la recuperación del empleo y, de momento, va sorteando los cepos de la segunda ola del covid. Aunque no será hasta, como mínimo, el 2024 cuando recobrará los niveles de ocupación que tenía antes de la llegada del coronavirus. Y una vez coronado ese pico, el mercado laboral español no alcanzará las cifras de empleo de antes del estallido de la burbuja inmobiliaria hasta el 2026. Así lo reflejan las previsiones publicadas este jueves por la consultora ManpowerGroup, que dibujan un escenario de recuperación para el empleo más lento que otros indicadores como el PIB y especialmente difícil para sectores como el turismo o colectivos como los jóvenes.

Cuando Pedro Sánchez declaró el estado de alarma, el mercado laboral español todavía tenía asignaturas pendientes de la anterior crisis. Concretamente, según los datos EPA, de los 587.000 empleos perdidos tras el pinchazo de la burbuja y el colapso de Lehman Brothers todavía faltaban por volver a ganar 146.000 ocupados. El covid barrió el último lustro de recuperación y las cifras de ocupación retrocedieron más de una década.

Según estimaciones de la Comisión Europea replicadas por Manpower, hasta el 2024 el mercado laboral español no habrá recuperado la musculatura perdida durante la parálisis provocada por el virus. Dichas previsiones dependen de una estabilización de los contagios que permitan una continuidad para la actividad económica y que el empleo pueda crecer a ritmos no inferiores al 2%. Pues en el caso de que los rebrotes obliguen a nuevos cerrojazos, otras casas de estudios como al OCDE anticipan que la tasa de paro puede escalar del actual 16% hasta el 24%.

El empleo, por detrás del PIB

Las previsiones recopiladas por Manpower en su estudio revelan un ritmo de crecimiento de la ocupación inferior al de otros indicadores macroeconómicos, como el PIB. España volverá a producir a los volúmenes previos a la crisis antes de que a emplear de nuevo manos para ello. Las estimaciones de diferentes casas de estudios difieren en sus datos. La OCDE recientemente aventuró un crecimiento del PIB para España del 5% para el 2021; el Banco de España contempla una horquilla de entre el 4,3% y el 7,9%, dependiendo de los rebrotes; y la Comisión Europea ve más probable que la cifra sea del 5,4%. Unos ritmos, todos ellos, por encima de las quinielas para el empleo. La propia Comisión augura un crecimiento del 3,5% para el ejercicio próximo, frente a un más pesimista 1% del FMI.

El informe elaborado por la consultora Manpower radiografía el primer impacto del coronavirus e identifica a los principales damnificados. Y por más que la crisis de la covid está teniendo una dimensión y características sin precedentes, sus víctimas en el mercado laboral son los sospechosos habituales. Los trabajadores a tiempo completo han sufrido menos la crisis que los que están ocupados a tiempo parcial, los temporales han hecho lo propio respecto a los indefinidos y los extranjeros han perdido más empleo que los nativos. Por franjas de edad, la crisis covid está teniendo especial incidencia en los más jóvenes, una menor repercusión entre las capas medias y escaso efecto entre los más veteranos. Hasta el punto de que los ocupados mayores de 45 años, de media, han crecido respecto a los niveles pre crisis.

Las restricciones sanitarias sobre la actividad económica no han afectado por igual a todos los sectores y la crisis del covid se ha cebado con especial intensidad con la hostelería, que arrastra una pérdida de ocupados del 12,3% desde que comenzó la pandemia, y las actividades artísticas, con un descenso del 14,3%. Una pérdida de ocupación significativamente mayor que otras actividades, como la construcción, que prácticamente están en niveles prepandemia (-0,4%). Tampoco la han sufrido igual las grandes empresas que las pequeñas, estas últimas con menor musculatura para aguantar los estragos del virus. Según los datos de Manpower, nueve de cada 10 empleos perdidos entre marzo y octubre estaban localizados en compañías con menos de 250 empleados.