En su conjunto, las empresas del Ibex 35 español han perdido la mitad de su valor durante este año. De hecho, la capitalización del índice de los blue chips ha caído el 46%, lo que desde el punto de vista de las operaciones empresariales de compraventa se convierte en una gran oportunidad de inversión, porque no es lo mismo pagar 521.315 millones de euros por las cotizadas del Ibex --el valor de enero-- que pagar los 280.420 millones que valían ayer.

Por fortuna para las cotizadas españolas la cuestión no es la pérdida de valor, sino la circunstancia de que la liquidez ha desaparecido del mercado. "Es verdad que hay mucho valor de compra en la bolsa en este momento, pero no hay quien pueda comprar", explica José Ramón Iturriaga, analista de Abante.

Destacan los expertos que no están tan lejos los tiempos en los que se podía esperar que llegara a producirse una operación de compra por valor de 100.000 millones. "Las enormes posibilidades de apalancamiento ofrecían margen para que pudieran producirse operaciones de ese calibre", comenta Iturriaga, para quien la crisis ha limitado los compradores. "No funciona la correa de transmisión de liquidez en la cadena financiera, pese a los esfuerzos de los bancos centrales, con lo que no se pueden financiar operaciones de compras", destacó Iturriaga.

Por consiguiente, los fondos soberanos --principalmente los asiáticos y árabes y otros inversores de los mercados menos sujetos a la crisis, los emergentes y que se han beneficiado de las fuertes subidas del precio del petróleo--, se encuentran en mejor disposición de invertir.

La depreciación de las empresas cotizadas no ha concluido aún, como muestra la evolución de los mercados. Ayer, la bolsas sumaron un nueva jornada de pérdidas, que en los mercados europeos se tradujeron en descensos de alrededor del 3%.