Su aspecto y su sabor no difieren de la carne que conocemos, pero para los musulmanes, la carne halal es bien distinta. Proveniente del animal sacrificado según el rito islámico, la carne halal ha llamado la atención de los empresarios españoles de forma creciente, dado el aumento de la población musulmana en España, que representa ahora un mercado potencial de dos millones de personas. Un ejemplo: entre el 2005 y el 2009, la producción de vacuno halal en el matadero de Mercabarna ha crecido un 137% y ya representa la mitad del vacuno sacrificado.

Para poder vender una carne halal , las empresas tienen que obtener la certificación del Instituto Halal, un organismo con sede en Córdoba, reconocido por el Gobierno español desde el año 1992. Las empresas tienen que pagar una cuota inicial de registro y someterse a una auditoría cada año, así como transferir entre el 0,8% y el 1% del producto de sus ventas al instituto. Más de 100 empresas ya disponen de esta certificación, un 20% más que en el 2006.

FERIA ISLAMICA Para apoyar esta actividad, el Instituto lleva a cabo campañas de promoción. En febrero del 2010 fue uno de los organizadores de la primera feria islámica en Madrid, con la presencia, al lado de entidades culturales y sociales, de varias empresas dedicadas a este segmento de mercado. "Antes, los musulmanes residentes en España compraban productos de fuera. Ahora se dan cuenta que pueden adquirirlos hechos aquí", dice Hanif Escudero, director de desarrollo y certificación del Instituto Halal. Las principales empresas de distribución en España han incorporado productos halal a su oferta. "Forma parte de la filosofía de la empresa de responder a las demandas de la población extranjera instalada en España", explica una fuente de Carrefour. La cadena ofrece pollo y vacuno halal desde el 2004. Los supermercados de Eroski también han incorporado recientemente el vacuno y el conejo a su oferta halal , lo que les ha permitido incrementar el conjunto de sus ventas de estos productos un 18% por encima de sus previsiones anuales.

Algunas pymes se dedican a la fabricación de embutidos respetuosos con la ley islámica, como la gerundense Monts International. Entró en este mercado en el 2004. "El procedimiento no difiere mucho de la fabricación de embutidos tradicionales, la única diferencia es que la carne tiene que ser homologada", dice Pilar Chueca, responsable de calidad. La mayoría de los productores se dedican a los embutidos frescos y cocidos, mucho más fáciles de vender. "Los consumidores musulmanes son de primera generación y no están acostumbrados a los embutidos curados, más elaborados, y más caros", explica Lidia Vergés, de Luis Oliveras S. A. "Asocian los curados a los productos de cerdo, y por esta desconfianza es difícil introducirlos", añade por su parte Pilar Chueca.

La mayoría de las firmas certificadas se dedican a la producción, envasado y comercialización de productos cárnicos, pero el comercio halal engloba también todos los productos aptos al consumo para los musulmanes, incluidos aromas, aditivos, aceites, conservas de verduras, platos cocinados y mantecados.

GANA LA EXPORTACION A pesar de un auge real del mercado español, la mayor parte de la producción se sigue destinando a la exportación, con un mercado potencial de 20 millones de personas en Europa y 1.500 millones en el mundo. La exportación representa el 70% de esta producción española, según Escudero. A pesar de ello, los mercados exteriores siguen siendo complicados para las empresas españolas. Algunas se quejan del rechazo que provoca la certificación española. Para paliar este problema, el Instituto Halal mantiene contactos con diversos organismos de certificación internacionales, con el objetivo de estandarizar las normas.