Ningún empresario quiere oír hablar de crisis. La palabra, en boca de los líderes políticos del PP, se ha convertido casi en un tabú del que todos quieren alejarse. A lo sumo, algunos sectores, como el inmobiliario y el de los fabricantes de coches y motos, empiezan a percibir la fatiga del consumo en el mercado español. Las empresas consultadas por este diario coinciden con la opinión de fuentes de la patronal, que destacan la necesidad de evitar un pesimismo sin fundamento que puede causar un efecto de bola de nieve entre los pequeños empresarios.

"No queremos hablar de crisis por ahora, pero sí de desaceleración del consumo por el impacto negativo, económico y psicológico, de la subida de los tipos de interés y el elevado nivel de endeudamiento de las familias", afirmó a este diario el presidente de Yamaha España y de la patronal de productores de motos (Anesdor), Jorge Lasheras.

CREDITOS ALTOS Los bienes de más valor, viviendas, coches y motos, cuesta más venderlos por culpa de que las hipotecas están alrededor de un 5% y los créditos para adquirir un vehículo en un 6%. Desde hace unos meses, los puntos de venta de motos notan "el frenazo" en las compras, según Lasheras, especialmente en los ciclomotores de 50 centímetros cúbicos, que sufrieron una caída de 16,6% en agosto y del 4,7% en los ocho primeros meses del ejercicio. Las ventas de motos de más cilindrada se estancaron el mes pasado, aunque en el acumulado del año suben un 9,4%.

Por ahora, Yamaha mantiene sus planes de producción de 106.000 unidades en el 2007 gracias a que los mercados europeos, a donde se exporta el 75% de las motos, mantienen la demanda. "Los datos de septiembre confirman la tendencia a la desaceleración en España, aunque habrá que esperar a mitad de octubre para hacer las previsiones para el 2008", indicó Lasheras.

El descenso de las ventas de coches, del 1,5% de enero a agosto, oculta situaciones muy diferentes. Los concesionarios de marcas generalistas son los que sufren más la caída, que en cambio tiene un efecto mucho más limitado en la gama alta. Xavier Beltrán, gerente de un concesionario de Mercedes, afirma que los pedidos han aumentado y eso ha desbordado las previsiones en algunos modelos nuevos en los que hay lista de espera.

"En los próximos meses es posible que se produzca una tendencia a la tranquilidad en las ventas, que se reactivarán después. Soy más bien optimista", afirma. Uno de los indicadores en los que fundamenta esta previsión es el aumento de las matriculaciones de furgonetas, que muestra el dinamismo de la actividad empresarial. Los datos globales indican que la venta de furgonetas sube un 0,7% y la de camiones, un 19,3%.

Las compras de bienes más básicos, como alimentación y ropa, parece que no se resienten todavía. Los gigantes del sector, agrupados en la Asociación de Grandes Empresas de Distribución, vendieron entre un 5% y un 7% en la campaña de rebajas.

UN EURO FUERTE La revalorización del euro frente al dólar, impulsada por la crisis de EEUU, encarece las exportaciones a los mercados que se mueven con el billete verde, pero también está teniendo efectos positivos en la industria española. Por ejemplo, la planta de Yamaha puede comprar las piezas más baratas a sus proveedores asiáticos.

La multinacional española Ficosa, que produce componentes para las marcas de coches, solo ve ventajas en la depreciación del dólar ya que le permite adquirir materias primas --como el acero-- más baratas al pagar en euros. Una tonelada de acero laminado en bovina, que fuera de Europa vale 608 dólares, a ellos les cuesta 437 euros.

La producción de la fábrica mexicana de Ficosa abastece a Estados Unidos, lo que evita tener que exportar desde Europa. La presencia de plantas del grupo en América, Europa y Asia y la diversificación de los clientes permite a Ficosa "compensar los descensos de unos con las subidas de otros", aseguró Josep Maria Pujol, presidente de la compañía. Para Pujol, es cierto que se ha iniciado un cambio de coyuntura económica en España.