El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, ya lo avisó hace un mes en el Congreso. No le gustan las prejubilaciones de trabajadores con 48 y 50 años y entonces ya pensaba en un sistema para impedirlas. Ayer avanzó que discutirá con los agentes sociales un mecanismo para penalizar a las empresas que mandan al retiro a empleados con esa franja de edades.

Las prejubilaciones son de las pocas herramientas que tienen empresas y sindicatos para evitar ajustes de plantilla traumáticos, entiende el ministro. Pero eso es una cosa y otra es "el abuso" por parte de algunas firmas que han instalado "la idea cultural de que las personas con 50 años ya no sirven para nada", declaró en una entrevista en TV-3.

Por esto, Corbacho también quiere permitir a estos prejubilados que puedan compaginar su situación con un empleo remunerado. Hasta ahora era imposible trabajar y estar prejubilado porque el exempleado perdía el convenio que habían firmado con la empresa y con el Seguro.

Esta idea ya la lanzó el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, en el Congreso cuando explicó que la medida desincentivaría procesos de prejubilaciones ya que las empresas no querrían pagar el sueldo y las cuotas sociales a un trabajador que puede ser contratado gratis por la competencia.