Las empresas prefieren vender menos pero mejorar las opciones de que luego cobrarán. Esa es una de las consecuencias de la crisis en las transacciones entre empresas constatada por aseguradoras y compañías de recobro de deudas. Las expectativas en cuanto a impagos tienden a empeorar para este año con respecto al 2009, en especial en la industria o los servicios, según las últimas estimaciones. La construcción sigue en cabeza, según subraya Iberinform.

"Es cierto que el nivel medio de impagos entre empresas ha bajado con respecto a los momentos más álgidos del 2008 y principios del 2009, aunque sigue alto; pero no se reduce porque haya menos morosidad, sino porque las empresas han reforzado su selección de riesgos", explica un portavoz de la aseguradora líder en cubrir riesgos de crédito, Crédito y Caución, que en el 2008 ya subió sus primas para adaptarse a la nueva situación. Además, la actividad general descendió porque, de cubrir riesgos por casi 200.000 millones en el 2007, la compañía pasó a 162.000 millones en el 2008.

Tal vez todo ello explica por qué se ven menos perseguidores de morosos vestidos de formas estrafalarias que en crisis anteriores. De todas formas esta menor visibilidad tiene mucho que ver con más de una cincuentena de sentencias contrarias a estas prácticas, desde los juzgados de primera instancia hasta el Supremo, afirma el abogado Pepe Oriola, especialista en la materia. En todo caso, la crisis actual supera a la de hace 20 años. "Entonces fue una crisis empresarial. Ahora es financiera y las empresas, aun con beneficios, no cuentan con el apoyo de la banca", explica Oriola. El despacho de este abogado vio quintuplicarse las reclamaciones por impagos entre empresas y gestionó 68.000 pleitos en el 2009.

"La morosidad actual es mucho peor que la de 1990-1992. La supera, en especial, el volumen de gente afectada", destaca Carles García Pons, fundador y presidente de Gescobro. El represente de esta firma familiar subraya que "hoy mucha gente no paga no porque no quiera, sino porque no puede". La compañía forma parte de la patronal Angeco, en la que están empresas de recobros que cumplen con un código deontológico.

A su vez reconoce que, a pesar de que las compañías de recobro tienen más trabajo, "también han tenido que invertir más en tecnología y plantillas y esforzarse más para lograr cobrar". Gescobro facturó unos 13 millones de euros el año pasado y recuperó 105 millones en deudas impagadas, en torno al 30% más que el año anterior, y aumentó su plantilla el 25%. Como muchas de sus competidoras, Gescobro trabaja con grandes volúmenes de expedientes de financieras, bancos, cajas u operadoras de telefonía.

UNA AUTENTICA "EPIDEMIA" Las pymes siguen externalizando poco el servicio de recobro. En opinión de Pere J. Brachfield, uno de los mayores expertos en lucha contra los impagos y miembro de la plataforma multisectorial contra la morosidad, España está pasando una auténtica "epidemia de morosidad", que es la responsable de la desaparición de muchas empresas. Y este año, advierte este especialista, puede suceder lo mismo.

Las consecuencias de los impagos y las demoras se entienden con cifras. Una empresa que gana un margen neto del 5% deja de cobrar una venta de 10.000 euros y tiene que lograr 20 pedidos más (200.000 euros en ventas) para recuperar lo perdido.