Todo el mundo coincide en que la crisis cambiará la situación, aunque no está claro el resultado. "El estallido ha sido tan grande que esto huele a cambio, lo que pasa es que nadie sabe hasta dónde", afirma el presidente de Sonnenfield, Leopoldo Abadía. Los movimientos ya han comenzado: a comienzos de agosto los grandes bancos estadounidenses hicieron llegar al secretario del Tesoro un documento en el que pedían un endurecimiento de las medidas de vigilancia y control que ellos mismos han vulnerado. "El paradigma greenspaniano de la fe ciega en las bondades del mercado se ha esfumado y estamos en busca de un nuevo paradigma. Se debería reforzar la regulación, ser más exigentes en las políticas de provisiones y de solvencia, aunque las sociedades suelen sobrerreaccionar después de una crisis", advierte José Carlos Díez, de Intermoney.