El pesimismo por la evolución de la economía ha dominado los mercados en los últimos días. La semana pintaba mal, teniendo en cuenta que el pasado viernes se dio a conocer la contracción de la economía europea en el tercer trimestre. Los datos macroeconómicos de la semana no han sido particularmente buenos, aunque su peso en los mercados ha resultado relativo. Los inversores concentraron sus temores en las empresas, con lo que los sectores más perjudicados por la crisis, banca y automoción, vieron descender sus cotizaciones en mayor proporción. Los valores más beneficiados fueron los implicados en la operación de venta del 20% que Sacyr Vallehermoso tiene en Repsol.

Las bolsas europeas no han logrado zafarse del miedo de los inversores a una lenta recuperación y cerraron la semana con fuertes caídas en todos los casos de dos dígitos, menos en el del Ibex 35 del mercado español que, con el leve recorte del 0,18% de ayer, consiguió que sus pérdidas semanales fueran del 9,71%. El DAX alemán y el CAC de París perdieron el 12,3% y el 12,46%, respectivamente, mientras que el FTSE de Londres cayó el 10,6%. Los índices europeos se encuentran todos muy cerca de los mínimos del año.

Parecía que los inversores cerrarían la semana con un buen sabor de boca y con el Ibex 35 en positivo, pero de nuevo, la volatilidad arrastró al selectivo al terreno negativo. El sector bancario fue uno de los más perjudicados. La primera subasta para compras temporales de activos de los bancos no ayudó a despejar dudas sobre las entidades, y cundieron las pérdidas. El Santander sigue sin levantar la cotización. Desde que el lunes de la pasada semana anunciara la ampliación de capital por 7.200 millones, el valor ha sufrido fuertes caídas en su cotización. Solo en los últimos cinco días, las acciones han perdido el 20,3%, mientras que los derechos de la ampliación caen el 64%. El valor se acerca a los 4,5 euros a las que se emiten las nuevas acciones.