El mayor consumo ilegal de electricidad en España lo cometen las empresas, concretamente el 80% del total del fraude eléctrico, equivalente a unos 120 millones de euros anuales. Del 20% restante, con un coste de 30 millones de euros al año a cargo de los consumidores legales, más del 80% lo realizaron particulares que tienen elevados niveles de consumo. Y sólo el 1% del fraude total puede atribuirse a los famosos enganches ilegales que protagonizan mayoritariamente familias con bajos recursos. Así lo informó ayer Endesa a partir de sus datos de consumo.

Según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), este fraude costó unos 150 millones de euros en el 2015 a los consumidores españoles de electricidad. En términos físicos, este fraude ascendió, según estimaciones de Endesa, a 3,5 TWh, es decir, una cantidad equivalente al consumo eléctrico anual de la ciudad de Sevilla y de toda su área metropolitana.

Los datos indican, según Endesa, que el fraude es, por encima de todo, "un recurso ilegal que utilizan algunas empresas y grandes consumidores domésticos para abaratar su factura eléctrica a costa de todos los demás consumidores". Además, en el caso del sector empresarial, las compañías que cometen fraude perjudican doblemente a sus competidores, porque consiguen abaratar sus propios productos y servicios, y encarecer al mismo tiempo los de esos competidores, realizando así una maniobra que, además de ilícita, supone una clara competencia desleal.

83.522 CASOS EN UN AÑO

Endesa está realizando acciones efectivas contra el fraude con el apoyo de equipos especializados y aplicando avances tecnológicos en sus redes inteligentes, junto con herramientas como el Data Mining. Todo ello ha permitido detectar más de 83.522 casos de fraude en 2015, lo que supone casi un 25% más que en 2014, recuperando 600 millones de kWh. Estas cifras serán superadas ampliamente en 2016, a la vista de los resultados registrados hasta el momento.