En una suerte de canto del cisne, Endesa obtuvo el año pasado el mayor beneficio de su historia y se aupó a la tercera posición por ganancias de entre las empresas del país, solo por detrás del Santander y Telefónica. El resultado de la que durante años fue la mayor eléctrica española --7.169 millones de euros, 168% más-- es engañoso. En gran parte (4.564 millones) se debe a la venta de activos a E.ON, una operación pactada por Enel y Acciona para apartar a la alemana de la puja por Endesa.

Si se excluyen estas plusvalías y se saca de la comparación los activos vendidos (los negocios europeos y las centrales de Los Barrios y Tarragona), el resultado ascendió a 2.371 millones, con una mucho más modesta alza del 5,8%. La guerra de más de tres años por el control de Endesa se va a saldar con una empresa más pequeña (todavía restan por traspasar activos de renovables a Acciona por unos 2.900 millones de euros), con lo que en el futuro tendrá más complicado mantener estos resultados.

"No tengan ninguna duda de que el consejo de Endesa actúa siempre en interés de todos los accionistas y que lo ha hecho en este caso", defendió Rafael Miranda, todavía consejero delegado de la compañía, durante la presentación de los resultados.

Además de los activos verdes, Acciona va a recibir 8.200 millones de euros de Enel por su 25% de Endesa, con lo que la italiana alcanzará el 92% del accionariado. Miranda afirmó que la valoración de los activos se ha hecho a precio de mercado y adelantó que Endesa y Enel presentarán el 12 de marzo un nuevo plan estratégico para la eléctrica adaptado a la situación de crisis.