Un gigante de la moda, Mango, ha abierto el camino. En el 2002 llegó a China, que va camino de convertirse en su principal mercado. Con el bagaje de más de 1.200 tiendas en 100 países y una facturación de 1.480 millones, el director general, Enric Casi, recomienda aprovechar la globalización.

--¿Cómo interpreta la mejora de las exportaciones a China?--Hay varias razones. Por un lado, el mercado ha ido madurando y las empresas cada vez lo conocen más. Además, las ventas en España han sido muy difíciles durante los últimos años y todos se buscan la vida.

--¿Es difícil entrar en ese mercado?--Es más complicado que un país europeo, pero tampoco demasiado. Ha ido disminuyendo la complicación y las leyes han ido facilitando las compras de productos extranjeros o el hecho de que un extranjero pueda crear una empresa. Ven que si quieren crecer han de comprar fuera por exigencias sociales.

--¿Es tarde para llegar a China?--No. Ahora es el momento. Nunca es tarde. Un mercado puede ser muy maduro pero se puede reinventar con ilusión. El mundo se ha hecho tan pequeño y asequible que por pequeña que sea la empresa tiene posibilidades de exportar. Para una empresa que tenga 10 o 20 trabajadores, el mercado es el mundo.

--¿Hay que lanzarse al exterior?--Sí, porque si tienes la oportunidad de vender en todo el mundo y no lo haces, los otros irán a tu casa pero tu no a la suya. Estarás en desventaja.

--¿Por qué no hay más empresas españolas con presencia en el extranjero, porque hasta ahora se limitaban a vivir de España?--Hay un problema de falta de ambición muchas veces para exportar. Hay mil excusas, como que los hijos no quieren seguir con el negocio o que no delegan y no pueden hacer nada más. En el fondo son excusas para protegerse de por qué no se hacen cosas. Hay empresas que tienen un buen producto y no exportan porque ellas mismas ponen los límites. Hay que hacerlo poco a poco, cada día subir un escalón.

--¿Cuando inició Mango su expansión en el extranjero?--Mango abrió la primera tienda fuera de España en 1992 en Portugal y porque nos apretaron, porque no queríamos. Teníamos mucho trabajo ya. Luego en Montpellier.

--¿No había mucha convicción en la apuesta en el extranjero de Mango?--Partíamos de la nada, del negocio al mayor, que era muy cíclico. En 1984 abrimos la primera tienda en el paseo de Gracia de Barcelona. En 10 años, teníamos una cadena de 100 tiendas. Tuvimos que aprender mucho en poco tiempo.