El plan Concilia, cuyo objetivo es que los funcionarios de la administración central puedan flexibilizar sus horarios y compatibilizar su vida personal con la laboral, entró en vigor ayer. La hora límite de salida de los funcionarios son las seis de la tarde, salvo casos excepcionales y obligaciones de atención al público.

La nueva normativa obliga a los empleados públicos a respetar una franja de trabajo fijo entre las 9.00 y las 17.00 horas de lunes a jueves y de 9.00 a 14.30 horas los viernes. Salvo estos límites, el horario de entrada y de salida --que conforma casi un tercio del total-- es libre, por lo que podrán acomodarlo a sus necesidades familiares.

Algunos ministerios difundieron ayer entre sus funcionarios recomendaciones internas para reducir el tiempo de la comida o evitar reuniones por la tarde que contribuyan a alargar la jornada.

Cada ministerio, entidad gestora y servicios comunes de la Seguridad Social, organismo público y empresa con capital del Estado deberá negociar la aplicación de estas normas y remitir información sobre su cumplimiento al Ministerio de Administraciones Públicas.

OTRAS VENTAJAS Aunque la flexibilidad de horarios es la medida más popular de la nueva normativa, la ley incorpora otras ventajas, como la posibilidad de pedir un permiso de paternidad de 10 días, extender el de maternidad un mes más o reducir la jornada laboral para cuidar a hijos menores de 12 años o a personas dependientes.

No obstante, la nueva ley de igualdad no incorporará estos avances al ámbito del sector privado hasta la próxima primavera.