Eslovaquia se convirtió ayer en el miembro número 16 de la Unión Económica y Monetaria y en el segundo país de la antigua Europa del Este que adopta la divisa europea, el euro, tras Eslovenia. Con esta incorporación, la zona euro cuenta con 328,5 millones de habitantes y un producto interior bruto (PIB) global de 11,4 billones de euros, según los datos estimados por Eurostat para el año 2008.

"Con la corona eslovaca se marcha una parte de la identidad eslovaca", señaló ayer el primer ministro del país del Este, Robert Fico. El jefe del Gobierno, que a primeras horas de la madrugada obtuvo los primeros billetes de euro de un cajero automático en Bratislava, valoró sobre todo "el efecto positivo del euro en la economía local durante la crisis económica".

Eslovaquia tiene una población de 5,4 millones de habitantes con un nivel de renta equivalente al 70,9% de la media de la Unión Europea (UE). Su PIB per cápita es de 12.200 euros, lo que representa menos de la mitad de la media de la zona euro (30.200) y es sustancialmente inferior al español (24.200 euros).

Pese a los lastres del pasado, la economía eslovaca ha logrado un fuerte y acelerado crecimiento económico desde la incorporación del país a la UE en el 2004, lo que le ha permitido incrementar en más de 15 puntos porcentuales su nivel de renta respecto a la media. Su espectacular expansión le ha valido el sobrenombre de Tigre Tatra.

Incluso en plena crisis económica mundial Eslovaquia tiene previsto haber logrado un crecimiento del 7% anual en el 2008. La cifra es inferior al 10% registrado en el 2007, pero muy superior al lánguido 1% previsto para el conjunto de la zona euro y al 1,3% estimado para España por la Comisión Europea. No obstante, Eslovaquia mantiene una elevada tasa de paro del 10%, que es la segunda más alta de la UE después de la española, aunque es la mitad de la registrada a finales de 1999 (19,2%).

MANO DE OBRA CUALIFICADA Eslovaquia basa su expansión en la inversión extranjera, atraída por una mano de obra cualificada a bajo coste y un reducido nivel de impuestos. La industria tiene un papel clave, en especial la automovilística: cuenta con plantas de Volkswagen, Peugeot-Citröen, PSA y Kia Motors. En el 2007 dobló la producción, y con 571.000 automóviles fabricados, fue el mayor productor mundial de coches per cápita.

Además, las cuentas públicas están relativamente saneadas: déficit público del 1,9% del PIB y una deuda pública del 29,4% del PIB. Sin embargo, la evolución de la inflación deja algo más que desear (4,9% en noviembre). La escalada obedece probablemente a los movimientos alcistas de los precios que acompañan a la llegada del euro.