España comparte la idea de que es necesario un plan de estímulos en la Unión Europea para hacer frente al impacto que tendrá la epidemia por coronavirus en la economía de la Eurozona, pero discrepa de Francia e Italia en la amplitud que debe tener la iniciativa. “Queremos un estímulo fiscal que permita contrarrestar los efectos del coronavirus. Lo que no queremos son estímulos fiscales que generen comportamientos irresponsables”, aseguran fuentes del Ministerio de Economía poniendo el acento en la necesidad de mantener la consolidación fiscal y evitar por tanto que el déficit y la deuda pública vuelvan a dispararse.

La puesta en marcha de una iniciativa de este tipo estará el lunes 16 de marzo en la mesa del consejo de ministros de economía y finanzas de la Eurozona (Eurogrupo) que tendrá como plato fuerte de la reunión un balance sobre las repercusiones del coronavirus en la economía de la Eurozona. “Está claro que va a haber un estímulo fiscal. Lo que habrá que afinar es cómo es ese estimulo fiscal. Si para el impacto del coronavirus o se quiere ir más lejos”, aseguran las mismas fuentes.

Más allá de un estímulo a la economía, la Comisión Europea pondrá sobre la mesa dos líneas de actuación. En primer lugar, presentará sus nuevas orientaciones generales para flexibilizar las reglas fiscales, que adoptará este viernes, de forma que no compute en el cálculo del ajuste presupuestario exigido por la UE el gasto provocado por el coronavirus. “Esperamos más precisión sobre qué tipo de gastos e ingresos entrarían en el marco de flexibilidad a la hora de hacer la evaluación”, apuntan fuentes españolas.

Movilización de inversiones

Un segundo ámbito de actuación serán las inversiones. España espera que Bruselas aclare el funcionamiento del nuevo fondo que aspira a movilizar 25.000 millones, anunciado el pasado martes por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y cuyo punto de partida será la reorientación de 7.500 millones de euros de fondos de cohesión ya asignados a los Estados miembros pero no gastados para apoyar al sector sanitario, las pymes y los trabajadores. “Hay que conocer el origen de los fondos para ver si pueden ser suficientes”, aseguran desde el ministerio.

A la espera de ver la cifra de fondos disponible en el caso español, consideran que en este terreno el Banco Europeo de Inversiones (BEI) podría jugar un papel muy importante dada su capacidad para movilizar recursos adicionales. “Es un vehículo que puede dar resultados”, explican las mismas fuentes españolas cuyo escenario central de trabajo es que el impacto del brote será “pasajero” aunque “hay que esperar a los datos de marzo y abril” y ver “hasta cuándo va durar”.

A la espera de que se concrete el impacto, el ministerio que dirige Nadia Calviño defenderá “medidas específicas para sectores afectados”, no solo a nivel empresarial sino también para las familias. “Mantenemos nuestro objetivo de consolidación presupuestaria, que se puede ver desbordada por cuestiones puntuales como es el coronavirus, pero no estamos en el momento de haber tomado una decisión en relación con este paquete de estímulo que de momento está pidiendo algún país en el Eurogrupo”. España apoya aplicar un tratamiento especial a la inversión en sanidad, adoptar medidas para amortiguar el impacto sobre el empleo, aliviar las cargas fiscales -con un retraso de plazos en el pago de tributos, y facilitar liquidez a sectores afectados a través de organismos como el ICO.