Business Week , Financial Times , The Wall Street Journal y The Economist tienen algunas cosas en común. Una de ellas es que coinciden con una apreciación: sitúan a tres escuelas de negocios españolas entre las mejores del mundo. Luego, cada una de esas publicaciones establece un orden diferente y puede que los criterios que utilizan para decidir ese orden sean cuestionables. Así lo creen en las propias escuelas de negocios españolas. Pero si la prensa anglosajona de los negocios coincide en algo, debe ser que es verdad. Coincidencia que, en todo caso, subraya la excelencia de un sector económico, que podría comparase con el de la cerámica de Castellón y el cava del Penedés (Tarragona).

"Pocos sectores de la economía española cuentan con tres de sus empresas situadas entre las 10 primeras de Europa y las 50 primeras del mundo", explica Xavier Mendoza, decano de Esade (Escuela Superior de Administración de Empresas), una de esas tres instituciones docentes. Las otras dos son el IESE (Instituto de Estudios Superiores de la Empresa) y el IE (Instituto de Empresa). Y estas instituciones no son las únicas que se dedican a formar directivos en el país.

TRADICION EUROPEA El despliegue de poderío docente choca con la tradición europea, según la cual cada país ha contado con una escuela fuerte: la London Business School, en el Reino Unido; el Insead, en Francia; y el IMD, en Suiza. Y la misma larga tradición ha atado a esas instituciones a métodos de trabajo poco sensibles a los cambios.

"En España partimos de cero cuando se crearon las primeras escuelas de negocio. Eso nos permitió adaptar los modelos que mejor funcionaban", dice José Mario Alvarez de Novales, director general adjunto del IE de Madrid. Dicho de otra forma, permitió adaptar los modelos de las escuelas norteamericanas de directivos a las necesidades del momento en España. No es casualidad que Warton, la escuela de negocios de la Universidad de Pensilvania, esté considerada la número uno del mundo entre las propias instituciones docentes. Ni que muchos de los métodos de formación hayan sido importados de EEUU.

Esade basa el modelo de enseñanza de su MBA (máster en administración de empresas) en el método Lead, desarrollado por el profesor Richard Boyatzis, de la Case Western Reserve University. El sistema identifica 25 competencias del directivo o emprendedor y establece cuáles deben ser desarrolladas en cada caso, con lo que la agenda de cada alumno se ajusta a ese plan.

LOS REQUISITOS Estar entre las grandes no es sólo una cuestión de método. "La primera condición es que te acepten en el club de las escuelas de élite", explica Francisco Iniesta, director del MBA de IESE. Para conseguirlo, hay que cumplir algunos requisitos: pertenecer a los foros internacionales que dan carta de naturaleza a los programas de formación de directivos, participar en la red de escuelas de directivos y, especialmente, tener un programa de estudios internacional que se imparta total o parcialmente en inglés.

IESE --nacido en 1957--, Esade --un año después-- e IE --en 1973--, han ido adecuándose poco a poco a estos requisitos. En estos momentos, menos de un tercio de los alumnos que pasan por las aulas de los MBA son españoles. Profesionales de más de medio centenar de nacionalidades hacen másteres en España.

Ser una escuela de élite significa tener una estrecha relación con las grandes empresas que finalmente deberán nutrir sus cuadros directivos con los estudiantes de posgrado.

Además, el esfuerzo económico que deben hacer los alumnos --el máster más barato no baja de 36.000 euros-- debe verse compensado con una salida profesional. "Tres cuartas partes de nuestros alumnos encuentran trabajo", explica Iniesta. Y es que no se puede estar en la élite sin lo que se conoce como networking : la red de contactos que permite codearse con la crema de la crema de los negocios.