La deuda publica española a diez años acabó el mes de mayo con unos tipos de intéres en niveles de mínimos históricos. El Tesoro español apenas tiene que pagar ahora tipos por debajo del 1% para colocar en el mercado el bono a 10 años. La prima de riesgo española (diferencia entre el bono español y el alemán) apenas ronda los 90 puntos. Y el euribor a un año sigue perforando sus tasas negativas (-0,131% en mayo) para disgusto de la banca y regocijo del elevado número de famlias españolas con hipotecas y créditos a tipo de interés variable.

"Con la desaceleración del ciclo económico, la imprevisibilidad de Trump, las tensiones comerciales, la cronificación del Brexit, y con un tipo de interés negativo del bono alemán, el bono español es una buena opción, ya que tiene una mayor rentabilidad que la deuda francesa y mucho menor riesgo que la italiana", afirmó la economista Montserrat Casanovas este viernes durante la presentación del 'Observatorio Financiero del Consejo General de Economistas" .

Dicho de otro modo: El contexto internacional de la economía está plagado de amenazas. Todo este tipo de incertidumbres acaba desaguando en la bolsa (el Ibex 35 ha perdido casi el 6% en mayo, un mes que terminó con el anuncio de nuevos aranceles de EEUU a México). Los inversores se están desplanzando a valores refugio, como la deuda pública. Sobre todo, después de interpretar que los bancos centrales de todo el mundo se han vuelto a poner en modo de alerta por si arrecia con fuerza la desaceleración mundial. Por eso los inversores no dudan en comprar los seguros bonos alemanes a 10 años, aunque les cueste asumir un tipo negativo de casi el -0,2%.

Y en este contexto el bono español -cuyo tipo de interés apenas se situó en el 0,72% el último día de mayo- se está convirtiendo en una "buena opción" para los inversores, que están mostrando así su confianza en los mejores indicadores de crecimiento de la economía española dentro de la zona euro.

CUESTIÓN DE CONFIANZA

Mientras la prima de riesgo española no para de bajar (92 puntos), la italiana apunta al alza (290 puntos), castigada por el riesgo de que la CE le imponga sanciones por su elevada deuda. En Grecia, por su parte, la prima de riesgo está bajando (311 puntos) ante la expectativa de que las elecciones del próximo 7 de julio cambien el actual Gobierno de Syriza. Tanto es así que "Grecia se acerca a un 'sorpasso' a la deuda italiana" a pesar de que esta tiene un rating de solvencia cuantro tramos superior, hace notar el servicio de estudios de Bankia.

"Lo que está haciendo que baje el tipo de interés (de la deuda española) es la presión compradora de los inversores", remató Antonio Pedraza, presidente de la Comisión Financiera del Consejo General de Economistas durante la presentación del citado informe. "La (baja) prima de riesgo española infunde muchísima confianza en la economía española", añadió.

Esta misma sensación fue constatada por el representante de la agencia española de calificación de riesgos Axexor, Antonio Madera, y por el de la canadiense DBRS (la única contratada por el Gobierno para la calificación de la deuda pública española), Javier Rouillet, en un encuentro informativo organizado la semana pasada por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) en el que compartieron similares criterios en este punto con el director de estrategia de UBS, Roberto Scholtes.

RIESGO POLÍTICO DE INACCIÓN

Todos los analistas consultados prevén que los tipos de interés seguirán muy bajos (y el euribor en negativo) mientras el Banco Central Europeo mantenga su política monetaria. No se esperan subidas de tipos, al menos, hasta el año próximo y ello es buena noticia para un país como España cuya deuda externa ya supera los dos billones de euros. En su reunión de este jueves el BCE podría dar nuevas pistas.

"Nuestro problema es la deuda externa. Ello nos obliga a un ejercicio constante de generar confianza", según Roberto Scholtes, de UBS. Y en este punto, España parece estar en buena racha, a tenor de cómo evoluciona la prima de riesgo.

Ni siquiera la fragmentación política parece causar inquietud entre los mercados financieros. "El riesgo político de España en todo caso es de inacción, pero no de desmantelar reformas ni de revertir la disciplina fiscal", según Antonio Madera (Axexor). La opinión de Javier Rouillet (DBRS) es coincidente: "España ha sufrido tres años de una gran inestabilidad política y regional y la economía lo ha digerido. Ahora toca la negociación de pactos de Gobierno, pero eso no nos preocupa en términos de indisciplina o de reversión de las reformas".