Ni las más sofisticadas medidas de seguridad con que se dotó la nueva moneda europea han evitado la picaresca. España ocupa el tercer lugar en la clasificación europea de circulación de billetes falsos por detrás de Francia e Italia y a gran distancia del resto de socios de la Unión Europea (UE), según un informe de Europol al que ha tenido acceso este diario.

De todos los billetes falsos de euro detectados por la policía en el primer trimestre de este año, el 19,65% fueron hallados en España. El porcentaje es aún mayor en Francia (37,65%) e Italia (22,99%) pero muy superior al de Holanda, su inmediato seguidor, con el 6,43% del total.

MAS FRAUDE El número de incidencias con billetes falsos de euro ha registrado en la UE un espectacular incremento en los dos últimos años, pese a las extremas medidas que introdujo el Banco Central Europeo en su diseño. De las 185.103 registradas en el 2002 se ha pasado a 383.777 contabilizadas el pasado ejercicio. Lo mismo ha sucedido con el volumen de billetes falsos detectados: de los 195.007 que fueron interceptados en el 2002 se ha pasado a 568.825 en el 2003, según datos de Europol.

Entre todo el papel moneda aprehendido el último año por fuerzas policiales europeas, el billete de 50 euros es el preferido de los falsificadores al representar el 63% de las copias. Le sigue el billete de 20 euros (el 25%) y el de 100 (7%). El fraude en los dos billetes más grandes, de 200 y 500 euros, representa el 4% de todas las copias detectadas.

Los datos de Europol, actualizados a marzo del 2004 y dados a conocer en un encuentro especializado que ha tenido lugar en Lisboa, han sembrado la inquietud entre el sector comercial. Sus representantes exigen más control a las autoridades y normativas específicas de seguridad que contribuyan a reducir el fraude y las pérdidas a la mínima expresión.

Una circular del Banco de España obliga a los establecimientos a aceptar todos los billetes de euro que existen en circulación, independientemente de su cuantía, lo que constituye una dificultad añadida en la lucha contra las falsificaciones, según esgrime Miguel Angel Fraile, portavoz de la Confederación Española de Comercio.

FALTA DE FORMACION Más allá de las actuaciones policiales de lucha contra la circulación de monedas falsas, el representante de los comerciantes recuerda que son los establecimientos los más vulnerables a la actuación de los falsificadores. A su exposición natural al intercambio de billetes por razones de mercado se añade la escasa preparación que existe en el sector para detectar las unidades falsificadas.

"Los procedimientos --admite Fraile-- no son demasiado científicos". El uso generalizado de unos detectores basados en luces ultravioletas se revela inseguro ante falsificaciones de alta calidad y, según reconoce, introducen una disputa subjetiva entre cliente y comerciante.

Para hacer frente a esa situación la patronal del comercio ha introducido un detector automático que hace más objetiva la devolución cuando aprecia indicio de falsificación.