España encabezó ayer el grupo de países que cumplen con los compromisos de déficit público y bloqueó e impidió flexibilizar el pacto de estabilidad del euro, a pesar del empeoramiento de la situación económica por la amenaza de guerra. No obstante, el Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (UE) hizo gala de realismo y renunció a fijar nuevas fechas para la eliminación del déficit público en la zona euro, ante la imposibilidad de hacer cumplir los sucesivos objetivos fijados hasta ahora.

El Consejo de Ministros europeo desestimó, bajo la presión de España y otros países, la iniciativa del Reino Unido, Francia y Alemania para dar al pacto de estabilidad "la flexibilidad necesaria para afrontar diferentes coyunturas económicas" y fortalecer el crecimiento. Los tres países pretendían que la cumbre europea de marzo adoptara la declaración "Reformar Europa para fortalecer el crecimiento", que incluía ese apartado sobre la flexibilización del pacto de estabilidad.

MEDIO PLAZO

El párrafo descartado afirmaba que "la política presupuestaria debe dirigirse de una manera que contribuya a fortalecer el crecimiento". La propuesta enfatizaba que suprimir el déficit es un objetivo a lograr sólo "a medio plazo".

El apartado rechazado quería además endurecer el control sobre el nivel de deuda pública, algo que no podían aceptar Italia ni Bélgica, con una deuda superior al 100% de su producto interior bruto (PIB).

El vicepresidente económico, Rodrigo Rato, justificó el rechazo a ese apartado porque "el pacto de estabilidad ya tiene unas normas claramente establecidas" y no hace falta reabrir ese debate.

Sin embargo, el empeoramiento de la situación económica impuso el realismo en las discusiones. El Consejo de la UE reafirmó la validez formal del pacto de estabilidad y de sus exigencias, pero con "enfoque pragmático". La Comisión Europea, España y los demás países virtuosos en el déficit público renunciaron a fijar una nueva fecha como objetivo general para eliminar los déficits de los países con mayor descontrol de sus finanzas públicas, en especial Alemania, Francia, Portugal e Italia.

Tras la imposibilidad de cumplir el antiguo objetivo del 2004, el pasado octubre el Ejecutivo comunitario fijó como nuevo objetivo el 2006. Los elevados déficits de Alemania y Francia, superiores al 3% del PIB, hacen imposible su eliminación a corto plazo. Por ello, el documento aprobado por el consejo de cara a la cumbre no establece ninguna fecha.